Para ellos, aquello que latía con fuerza en su pecho al experimentar emociones fuertes, era el depositario de la conciencia, sentimientos y la razón de ser.
Yóllotl significa corazón en náhuatl, del verbo yoli que significa “vivir”, por lo que se asociaba con la esencia o fuerza de la vida, lo que es propio del ser viviente.
Aunque también las variantes lingüísticas de yóllotl se asocian a sentidos, acciones y capacidades creativas, una concepción más profunda es que se relaciona este órgano con el binomio amor-desamor y los sentimientos que se desprenden de él.
El mejor ejemplo para comprender la importancia del corazón para los mexicas, son los sacrificios rituales, durante los cuales se extirpaba para ofrecerlo a los dioses, un elemento dador de vida y poseedor de la fuerza vital, que resultaba justo ofrecer a las principales deidades, aquellos que les habían dado la vida con un solo fin.
La lengua náhuatl propiciaba la comprensión de todo lo que significa el corazón; poetas y sabios hablaban de él en sus composiciones.
El uso del vocablo yóllotl para expresar todas las potencialidades del corazón son:
Yollotli, neomani: el corazón por el cual se vive.
Totonqui, teyolitia, es caliente el corazón, hace vivir a la gente.
Tecuitini, palpita.
Moyolpaqui, mi corazón se alegra.
Chocholoa, da saltos,
Noyolloquimati, conozco a mi corazón.
Noyollo conmati, siento a mi corazón.
Quicemitqui yn yollotli, el corazón todo lo gobierna
Fuente: UNAM