Tras dos meses de la polémica por la pintura que muestra al caudillo Emiliano Zapata desnudo y en tacones, activistas y artistas piden "descongelar" la idea de este ícono de la Revolución mexicana para reivindicar –de forma incluyente– su original lucha por la justicia social, libertad e igualdad.
La reacción conservadora en contra del cuadro "La Revolución", que se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes, ocurre porque hay grupos que se resisten al rescate de la figura revolucionaria y transgresora de Zapata, contaron especialistas tras una charla en el Museo de Memoria y Tolerancia de Ciudad de México.
"Quieren a Zapata muerto, quieren al Zapata congelado, al Zapata macho, al Zapata que exalta a los ideales de la nación y la masculinidad heteropatriarcal, pero no. Queremos al Zapata vivo, que irrumpa en cada momento que sea necesario en la autodeterminación de los pueblos, de los cuerpos", dijo la investigadora Coco Gutiérrez.
El cuadro, que muestra a Zapata (1879-1919) con un sombrero rosa sobre un caballo con una erección, despertó protestas en diciembre de un grupo de 200 campesinos que bloquearon el acceso al Palacio de Bellas Artes y agredieron a activistas del movimiento lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT) que defendían la imagen.
Aunque la obra, del artista chiapaneco Fabián Cháirez, permanece en la exposición "Emiliano. Zapata después de Zapata", ahora muestra una nota en la que la familia expresa su desacuerdo con la representación por considerarla "inadecuada".
Para Gutiérrez, estudiosa de movimientos sociales, hay "ignorancia" en ciertos personajes "que se dicen de izquierda" por desconocer que en el zapatismo revolucionario había una transgresión de las identidades con mujeres que participaban travestidas en la lucha.
"Lo que me dice es que estas personas son profundamente ignorantes o que quieren mantener borrada esa parte de la historia y que utilizan estos espacios y estos momentos para petrificar y reedificar imágenes de macho, del Estado-nación macho. Entonces en ese sentido me parece hasta escandaloso", señala.
Las reacciones contra la idea de un Zapata homosexual muestran que la misoginia y la homofobia "no son patrimonio de la derecha", lamentó Eugenio Echeverría, fundador y director del Centro Cultural Border.
"¿Por qué es necesario descongelar la imagen de Zapata? Porque es necesario retomar las luchas y reinsertarlas en luchas hermanas para construir un movimiento interseccional de lucha social", exhortó.