Tom Brady agrandó el domingo su lugar en el panteón del deporte estadounidense al conquistar su séptimo Super Bowl en el rotundo triunfo 31-9 de sus Tampa Bay Buccaneers ante los Kansas City Chiefs.
A sus 43 años, Brady se convirtió en el jugador de football americano más veterano en alzar un Super Bowl y batió a quien se considera su sucesor, Patrick Mahomes, que aspiraba a sumar su segundo Super Bowl consecutivo con Kansas City.
Coronando su primera temporada con los 'Bucs', Brady ofreció una exhibición de época con tres touchdowns, 21 pases de 29 completados, y ninguna intercepción en el Raymond James Stadium de Tampa.
"Estoy muy orgulloso de mis compañeros", dijo Brady, nombrado Jugador Más Valioso (MVP) del Super Bowl por quinta vez en su carrera.
"Con todo lo que hemos lidiado durante todo el año... Pero el equipo tenía mucha confianza, nos unimos en el momento adecuado", dijo el californiano, quien tiene un año más de contrato con Tampa y no descarta seguir jugando más allá de los 45 años.
"Vamos a volver. Lo sabéis", clamó la estrella, acompañado en la celebración por su esposa, la modelo Giselle Bündchen, y los dos hijos de la pareja.
El 'quarterback' completó así una de las más brillantes páginas del deporte al ampliar su récord de títulos de Super Bowl a siete, una cifra que no alcanza siquiera alguna de las 32 franquicias de la NFL.
Los dos equipos más laureados tienen seis campeonatos: los Pittsburgh Steelers y los New England Patriots, cuya dinastía de dos décadas estuvo comandada hasta el año pasado por Brady.
Mahomes pierde el duelo generacional
A estas alturas de su carrera pocos esperaban que Brady alcanzara su décimo partido de Super Bowl y todavía menos cuando anunció que se mudaba al modesto equipo de Florida, que contaba con apenas un título (2002) y llevaba 13 años sin llegar a playoffs.
Pero Brady rápidamente conectó con sus nuevos compañeros y convenció a su gran socio en los Patriots, Rob Gronkowski, para que saliera del retiro y se le uniera.
La apuesta de Brady se confirmó ganadora en el Super Bowl ante los poderosos Chiefs de Mahomes, quien fue neutralizado por la defensa de los Buccaneers en la noche en que esperaba desbancar a Brady del trono de la NFL.
"Obviamente no he jugado como quería. Qué más se puede decir", reconoció Mahomes, quien aspiraba a levantar su segundo título con solo 25 años.
"Ellos fueron el mejor equipo hoy. Nos dieron una paliza, la peor en mucho tiempo. Pero estoy orgulloso de que los chicos y yo hayamos luchado hasta el final del partido", afirmó el jugador mejor pagado de la NFL.
Brady y Gronkowski, la mejor conexión
La edición 55 del Super Bowl, el gran espectáculo deportivo estadounidense, ofreció todos los alicientes esperados por los 25.000 aficionados que pudieron acceder (de un total de 65.000 asientos), salvo un partido competido.
Los Buccaneers vencían ya 21-6 al descanso con tres touchdowns a pase de Brady, dos de Gronkwowski y uno de Antonio Brown.
Brady y Gronkowski alcanzaron así su quinta combinación para touchdown en un Super Bowl, superando el récord anterior de los míticos Joe Montana y Jerry Rice.
Los Chiefs volvían a necesitar una épica remontada como la que lograron en el Super Bowl de 2020 ante San Francisco 49ers, cuando levantaron un 20-10 en contra en el último cuarto.
En esta ocasión, sin embargo, a Mahomes le falló la inspiración en los momentos decisivos, en los que ha construido su reputación como la estrella del futuro de la NFL.
Los Chiefs lograron un rápido gol de campo pero Tampa respondió rápidamente con otro touchdown del corredor Leonard Fournette.
Mahomes se sacó de la chistera varios pases imposibles que no pudieron concretar los Chiefs, en una noche para el olvido de otras figuras como Travis Kelce y Tyreek Hill.
Ante el júbilo de la afición de Tampa, la primera que vé ganar a su equipo un Super Bowl en su propio estadio, Kansas City ni siquiera pudo maquillar el resultado y acabó una final de pesadilla sin sumar un solo touchdown.
Música, poesía y homenajes
En las esperadas atracciones del Super Bowl, el cantante de pop The Weeknd tomó el testigo de Jennifer López y Shakira y desplegó sus éxitos en el espectáculo musical del entretiempo.
Con limitaciones logísticas por las medidas de prevención -no se permitió que el público bajara en esta ocasión a la cancha- el canadiense apareció en un escenario ubicado en la grada y abrió el 'show' con "Starboy" frente a un decorado con una silueta urbana iluminada con luces de neón.
El miniconcierto de 12 minutos concluyó con el cantante en el césped rodeado de más de un centenar de bailarines con sus cabezas completamente vendadas, mientras entonaba "Blinding Lights" y llovían los fuegos artificiales en el estadio.
El Super Bowl rindió también homenaje a los protagonistas de la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos, el país con más fallecidos (463.000) y contagios (26 millones) a causa de la pandemia.
Unas 7.500 entradas fueron reservadas para trabajadores sanitarios ya vacunados como gesto de agradecimiento por su labor en la batalla contra el coronavirus.
La estadounidense Amanda Gorman, la joven poeta que cautivó en la toma de posesión del presidente Joe Biden, honró a los héroes silenciosos de la pandemia en el primer poema leído en la historia del evento.