El regreso de los aficionados a las tribunas, aunque sea en un 20% de ocupación, ha sido benéfico para reactivar la economía de muchas personas y en la noche lluviosa del juego entre Gallos y Chivas no fue la excepción, vendedores ambulantes dentro y fuera del estadio así como la venta de cerveza fluyó durante toda la velada.
A las afueras del Corregidora los tamaleros aprovecharon la fría noche para llegar y vender el producto que estaba destinado a la venta del día siguiente, personas hacían filas para degustar un calientito atole y un tamal que apaciguara un poco el frío y la mojada por la lluvia.
Incluso taquerías alrededor del estadio que por restricciones sanitarias tendrían que cerrar a las 11 de la noche, seguían surtiendo de este platillo mexicano a las personas que caminaban rumbo a sus automóviles, más allá de la media noche el ambulantaje estaba en su esplendor.
La venta de cerveza en el estadio tampoco cesó, más de tres horas de partido fue motivo suficiente para seguir surtiendo de bebidas a los aficionados en el estadio, ya que el partido fue detenido por alrededor de 40 minutos en lo que la tormenta eléctrica cesaba.
Así fue una noche de triunfo y color en el Corregidora, una noche que redituó el boleto a los casi 10 mil aficionados que ingresaron al inmueble.