Salieron muy Gallos, el equipo queretano frenó a la Máquina que marchaba invicta y convirtió sus primeros tres puntos en realidad, con todo y los pronósticos en contra de los emplumados, salieron victoriosos del Corregidora.
Una sola bastó. Jugada excelsa entre Ángel Sepúlveda y Kevin Ramírez que definió de gran forma el uruguayo para darle el gol del triunfo a Querétaro.
EL PARTIDO
La Máquina mostró las calderas calientes y los vagones bien ensamblados. Jonathan Rodríguez colocado al lado izquierdo utilizó su potencia física para provocarle terror a Irving Zurita.
Gallos Blancos no pudo salir de su corral. Gil Alcalá tuvo que intervenir para truncar el avance de la Máquina.
Querétaro sigue débil, Tijuana los dejó con escasos espolones.
Cruz Azul bajó la guardia, suficiente para que Kevin Ramírez le ganara un balón a Juan Escobar, Ángel Sepúlveda se lo regresara con un tacón mágico y Kevin tocara raso al lado de Chuy para picotear el invicto cementero. Ramírez guardó silencio un instante y luego cantó fuerte. La celebración fue justificada.
La Máquina pudo pitar tras una media vuelta fugaz de Santiago Giménez, el tiro del hijo del Chaco iba a la red, pero Alcalá sacó el espolón para desviar el balón.
Esa jugada sirvió como separador de los dos tiempos.
La locomotora azul regresó con más potencia, pero Gallos Blancos les dificultó su andar. Hugo Silveira con un tiro potente les provocó un susto a los celestes.
El juego cambió poco. Querétaro siguió sólido y comenzó a desesperar a los cementeros. La Máquina estuvo imprecisa y dejó espacios atrás. Alex Diego notó esos huecos y mandó al campo a Sebastián Sosa, el hermano de Nickiller.
La Máquina encerró a los emplumados. Sebastián Sosa con la cabeza salvó en la línea un martillazo de Juan Escobar. El milagro celeste estuvo cerca de darse.
Ese fue el colofón de la batalla. Cruz Azul se encontró a unos gallos de pelea que les dieron un golpe de realidad. El invicto terminó.