El director del Abierto de Australia, Craig Tiley, señaló este jueves que "confía absolutamente" en que el torneo se celebrará a partir del lunes, a pesar de las dificultades que ha planteado la aparición de un nuevo caso de coronavirus en Melbourne.
"Confiamos absolutamente en que el Abierto de Australia (8-21 febrero) seguirá adelante", afirmó Tiley.
Hasta 520 tenistas y otras personas acreditadas en Melbourne para el Open de Australia fueron aislados y pasaron un test el miércoles, después de que un trabajador de uno de los hoteles en los que se alojan diera positivo al covid-19, anunciaron las autoridades del estado de Victoria.
"Serán aislados hasta recibir un resultado negativo, y este trabajo será hecho el jueves", explicó el primer ministro del Estado de Victoria, Daniel Andrews, en una rueda de prensa.
Andrews añadió que no espera que este hecho tenga un impacto en el programa del primer Grand Slam del año, que empieza el lunes.
Los resultados de los test son generalmente conocidos en 24 horas y se espera que los jugadores puedan volver a disputar el viernes los torneos preparatorios para el primer grande del año, con un programa evidentemente muy cargado, tras no disputarse partidos el jueves.
El sorteo de los cuadros del Abierto de Australia, previsto este jueves, se aplazó un día. El torneo ya se había aplazado tres semanas respecto a sus fechas iniciales, obtuvo luz verde de las autoridades australianas con un protocolo sanitario drástico.
'Más vale exceso de prudencia'
El conjunto de los jugadores y de los acreditados (técnicos, entorno, árbitros...) viajaron a Australia a bordo de una quincena de aviones especialmente fletados por los organizadores a mediados de enero y someterse a una cuarentena estricta de 14 días a su llegada.
Solo cinco horas de salida diarios, estrictamente controlados entre tenis, entrenamiento físico y comida, les fueron autorizadas.
Un total de 72 tenistas se vieron obligados a realizar una cuarentena completa, sin el menor permiso para dejar su habitación de hotel, después de que varios casos de covid-19 fueran detectados entre los pasajeros o la tripulación de tres vuelos hacia Melbourne.
El estado de Victoria no había conocido ninguna contaminación local desde hacía 28 días. El nuevo caso en el hotel de la organización condujo a las autoridades locales a reforzar inmediatamente las reglas relativas a llevar mascarilla y a limitar reuniones privadas.
El ministro de la Salud del Estado de Victoria, del que Melbourne es la capital, Martin Foley, subrayó sobre las 520 personas en aislamiento que "más vale un exceso de prudencia": "Queremos hacer todo para seguir y gestionar a cualquiera que haya estado en contacto con esta persona".
En Australia, uno de los países que mejor ha reaccionado ante la pandemia, la vida es casi normal. Es uno de los pocos países que se permite tener público en los eventos deportivos. En el Abierto de Australia se esperan entre 25.000 y 30.000 espectadores.