El llamado “Día de los Santos Inocentes”, se ha convertido en nuestros días en un festejo donde se hacen infinidad de bromas, familias y amigos gustan de hacer caer a sus víctimas en juegos como, pedir prestado y no pagar, adelantar los relojes de la casa, carro o celular, decir que se está embarazada, entre algunas ocurrencias más. Sin embargo este suceso milenario, tiene un origen marcado por la crueldad, la muerte de pequeños inocentes, según el Evangelio de Mateo, donde narra la matanza de todos los niños nacidos en Belén de Judea, menores de dos años, que fue ordenada por Herodes I “El Grande” para deshacerse del Jesús de Nazaret.
En los versículos de las Sagradas Escrituras se dice que unos magos que venían del Oriente se presentaron en el palacio de Herodes diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”. Y fue así como el también llamado “El Grande” se llenó de temor y reuniendo a los profetas estos le aseguraron que Cristo debía nacer en Belén de Judea para que las escrituras del profeta se cumplieran. “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel”..
Al no ser avisado como había pedido a los magos del oriente del nacimiento del Mesías, el pontífice enfureció y mandó asesinar a todos los menores nacidos en la demarcación de menos de 2 años y con ello se cumpliría el oráculo del profeta Jeremías:
“Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.”
Se dice que la tradición de gastar bromas, nace por los monaguillos y de ahí a sus familias, costumbre que se ha heredado hasta hoy en día y que se ha implementado a las redes sociales, incluso periódicos, programa de radio y televisión dan alguna “nota falsa”, para que su auditorio la crea y ya después desmienten la información, lo que para algunos es divertido, pero para otros no lo es tanto.
Así que estimado lector cuídese muy bien de todas las inocentadas en las que lo quieran hacer caer.
|| Con información de La Biblia Católica de Jerusalén. ||