Hanói, Vietnam | AFP.- La boda parecía perfecta pero ocultaba un doble secreto: Kha, la novia, estaba embarazada de tres meses y, cosa común en Vietnam, el marido era un actor contratado para la ocasión.
"Mis padres habrían sido los primeros en verse abrumados por la vergüenza" con una hija embarazada y sin marido, explicó la joven vietnamita a la AFP, un mes después de la boda falsa que le costó más de 1.200 euros (1.400 dólares).
Las bodas ficticias están en auge en Vietnam, donde la institución del matrimonio es sagrada y un 70% de las personas de más de 15 años están casadas.
El fenómeno va más allá del honor de las madres solteras ya que también se pueden alquilar madres, tíos y primos para evitar las disputas en el caso de que las familias no aprueben la unión.
Kha y su marido ocasional nunca estuvieron casados legalmente pero lo importante para ella es que la boda ficticia le permitió legitimarse antes sus amigos y su familia, aunque después tenga que criar sola a su hijo.
"Yo tenía la impresión de que me ahogaba y él fue mi salvavidas", explica Kha, que pidió ser identificada con este nombre para ocultar el suyo.
Sus padres estaban al tanto de la situación, pero al resto de la familia les contó que su marido la dejó poco después de la boda.
"Esconder el embarazo era tan agotador... Ahora tengo confianza en el futuro", dijo Kha, que tiene previsto dar a luz en abril, con su honor a salvo.
El experto en psicología Nguyen Duy Cuong explica que "en países como Vietnam, la gente no tiene la valentía de asumir lo que elige su corazón, entonces chocan contra costumbres y tradiciones".
Pero las normas sociales evolucionan rápidamente en un país donde la mitad de los 93 millones de habitantes tienen menos de 30 años.
- Un buen partido -
La historia de Huong y su novio Quan es diferente. La familia de Quan consideraba que Huong, una chica de origen humilde, no era un buen partido para su hijo.
Pero el amor resultó más fuerte que los prejuicios sociales y la pareja decidió casarse en la provincia natal de Huong, cuya familia ausente de la ceremonia fue remplazada por figurantes contratados que hicieron de padre, madre, tíos y tías.
"Fue al mismo tiempo falso y auténtico", dice el flamante marido, cuyos padres ni siquiera saben que su hijo se casó sin avisarles.
"Está bien gastar dinero para que todos estén contentos, así nos evitamos dolores de cabeza", dice Quan en el coche que lo lleva hacia Hanói, con su verdadera esposa y los padres de reparto.
Quan y Huong forman parte de las cientos de parejas que acudieron a Vinamost, una de las empresas líderes del sector. Por una fiesta con invitados la empresa puede cobrar cerca de 4.000 euros (4.900 dólares).
Su fundador, Nguyen Xuan Thien asegura haber organizado miles de bodas en los últimos años.
Este empresario tiene una lista de unos 400 figurantes que ejercen de invitados, frente a un elenco de una decena de personas hace diez años.
Nguyen Xuan Thien dice que le dan pena esas parejas obligadas a fingir y a contratar figurantes para las ceremonias.
"Ayudamos a los novios y a sus familias, pero no queremos que esto se desarrolle", afirma Nguyen Xuan Thien.
Considera que su empresa es más "una obra de salud pública que una gallina de los huevos de oro".
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