Con un peso de 1.000 toneladas y las dimensiones de un edificio de siete plantas: la primera pieza de un gigantesco imán, señalado como el más potente del mundo, llegará el jueves al sitio donde se encuentra el reactor experimental de fusión nuclear ITER, en el sur de Francia.
Este imán denominado "Central Solenoid" constituye un hito importante en el desarrollo de ITER, un programa internacional que integran 35 países, y cuyo objetivo es lograr la producción de energía a partir de la fusión de hidrógeno, como ocurre en el núcleo del Sol.
Fabricado por General Atomics, en California (EEUU), este ingenio constará de seis módulos, el primero de los cuales llegará durante la madrugada del jueves al lugar donde se construye el futuro reactor, comenzado en 2010.
Transportada por mar desde Estados Unidos, esta primera pieza de 66 toneladas, piedra fundacional del reactor, ya llegó al puerto de Marsella (sur de Francia) y va camino del emplazamiento del ITER, a orillas del río Durance (afluente del Ródano), a unos 100 km de distancia.
Los otros cinco módulos magnéticos completarán este rompecabezas "a más tardar en 2024", indicó a la AFP Bernard Bigot, director de ITER Organization.
Una vez ensamblado, el "Central Solenoid" alcanzará un peso de unas 1.000 toneladas y una altura de 18 metros.
Este imán superconductor se instalará en el núcleo del reactor de fusión tokamak, una inmensa cámara magnética con forma de anillo, en el que la temperatura podría alcanzar hasta los 150 millones de ºC. Al calentarse el plasma (un gas hidrógeno), permitirá que los núcleos de hidrógeno choquen entre sí y se fusionen formando átomos de helio, más pesados, y por lo tanto liberarán una energía colosal.
Estos campos magnéticos permiten acotar el plasma al recinto, evitando que tenga contacto con las paredes y se enfríe. Pero cuanto más aumenta su volumen más difícil es de estabilizar.
Precisamente, es para superar este problema a gran escala que se instalará el imán. "Corazón latiente" del tokamak, producirá un campo magnético variable, pasando desde cero a 13 tesla (unidad de inducción magnética), "o sea, 300.000 veces la potencia del campo magnético terrestre", explica Bernard Bigot. Por lo tanto, éste será el "elemento clave" para la estabilización.
Se espera que la primera producción de plasma tenga lugar en 2026 y alcance su mayor potencia en 2035.
Muchos consideran la fusión nuclear como la energía del futuro, puesto que virtualmente podría ser ilimitada y no contaminante. Sin embargo ITER es polémico y blanco de las críticas de los ecologistas. La oenegé Greenpeace lo considera un "espejismo científico" y "un pozo financiero sin fondo".
El presupuesto inicial ha llegado a triplicarse, hasta alcanzar actualmente un monto de casi 20.000 millones de euros (unos 23.700 millones de dólarés). "Y es probable que tenga que ser revisado" a causa de los retrasos como consecuencia de la pandemia de covid-19, señala Bigot.