¿Aumenta la cantidad de partos durante la Luna llena? ¿la menstruación está sincronizada con las fases lunares? ¿hay alguna relación entre el satélite terrestre y los brotes psicóticos, homicidios, suicidios, el sonambulismo o la epilepsia?
El investigador y divulgador Jordi Pereyra, director del multi premiado blog y canal de YouTube de divulgación científica ‘Ciencia de Sofá’ ha echado un vistazo “a los datos puros y duros para ver si esos efectos, que el saber popular atribuye a la Luna, realmente existen”.
LOS PARTOS Y LA LUNA LLENA
“La supuesta influencia de la Luna llena sobre los partos se puede verificar con facilidad, porque basta con recopilar las fechas de los partos de un período, contar cuantos bebés nacieron cada día y comprobar si hubo un pico de nacimientos cada vez que el satélite terrestre estaba en una fase concreta”, explica.
FASES LUNARES Y CICLOS MENSTRUALES
“La mayor investigación que se ha hecho en este campo, y que consistió en analizar los ciclos menstruales de 7,5 millones de mujeres y compararlos con las fases lunares basándose en los datos generados por la ‘app’ informática Clue (un calendario de la ovulación y el período menstrual), no encontró ninguna relación entre ambos fenómenos”, afirma el científico.
LUNA DE SANGRE Y LOCURA
“Esta revisión de 37 estudios previos (más tarde se recopilaron otro 23) demostró que esas supuestas correlaciones desaparecían cuando se volvieron analizar los estudios que arrojaban correlaciones entre las fases lunares y el comportamiento de las personas, subsanando errores estadísticos y utilizando métodos estadísticos adecuados”, indica.
ACCIDENTES DE MOTOS Y SUEÑOS ALTERADOS
En un estudio efectuado con datos de EE. UU. entre 1975 y 2014, se notó que de los 13.029 accidentes mortales de moto registrados en 1.482 noches diferentes, en periodo de Luna llena, se había producido un 5% más de accidentes que la media del resto de los días, encontrándose esa misma tendencia en Reino Unido, Australia y Canadá.
“No se trata de llevar la contraria al saber popular, sino de conclusiones que se han alcanzado analizando los datos crudos, y reconociendo los potenciales fallos o limitaciones de las investigaciones anteriores, También teniendo en cuenta la necesidad de efectuar estudios más amplios y controlados, para detectar posibles correlaciones basadas en una evidencia científica sólida”, concluye Pereyra.