Los dinosaurios eran en su gran mayoría de sangre caliente, como las aves y los mamíferos, a diferencia de los reptiles, que son de sangre fría, revela un estudio publicado este miércoles por la revista Nature.
El estudio usó una nueva técnica de medición del metabolismo, es decir, de la capacidad de convertir el oxígeno en la energía necesaria para la vida, indicaron los científicos conducidos por la paleobióloga Jasmina Wiemann, del California Institute of Technology (EEUU).
Los animales de sangre caliente, como las aves o los seres humanos, tienen un metabolismo alto. Absorben mucho oxígeno, necesario para la producción de las calorías que les permiten generar calor y permanecer activos.
Los animales de sangre fría, como los reptiles, tienen en cambio una actividad más moderada y el mantenimiento de su temperatura corporal depende de condiciones externas. No toman sol por placer, sino por necesidad.
El metabolismo de los dinosaurios siempre fue un dilema, pues los pájaros, que forman parte de su descendencia, tienen sangre caliente pero sus 'primos' cercanos, los cocodrilos, tienen sangre fría.
En 2014, un estudio llegó a definir a los dinosaurios... como animales de sangre tibia. Pero las mediciones del metabolismo de esos saurios siempre se realizaron por medios indirectos y poco fiables.
La investigación publicada en Nature examina en cambio directamente el uso del oxígeno y en particular sus rastros óseos.
Son "restos" que "registran la cantidad de oxígeno que un dinosaurio respiraba, y por lo tanto su metabolismo", explicó Jasmina Wiemann en un comunicado.
- Gran extinción -
Los investigadores aplicaron este método no destructivo, basado en la espectroscopia infrarroja, a fémures de 55 grupos de animales, incluyendo dinosaurios, para medir "los marcadores moleculares [de los restos] vinculados a las tasas metabólicas", precisó Wiemann.
Las observaciones demostraron que en los dos grandes grupos de dinosaurios, el de los ornitisquios tenía especímenes de sangre fría, como los triceratops, con su cuello protector y sus imponentes cuernos; o el estegosaurio, con su característica espina dorsal. Eran hervíboros macizos, pero lentos.
El otro grupo de dinosaurios, el de los saurisquios --los más numerosos por su cantidad de especies y sobre todo por sus descendencias-- era en cambio de sangre caliente.
Forman parte de ese grupo algunos hervíboros gigantes, como los saurópodos, y popularísimos carnívoros, como el tiranosaurio o el velociraptor, que saltó a la fama en la película Parque Jurásico.
De los saurisquios proceden todos los linajes de aves, únicos descendientes de los dinosaurios que sobrevivieron a la gran extinción de especies acaecida hace 65 millones de años.
En algún momento se formuló la hipótesis de que la sangre caliente y el metabolismo alto fueron claves para que los pájaros superaran esa catástrofe climática provocada por el impacto de un gran meteorito.
Pero esos factores no fueron de ninguna ayuda para los dinosaurios, apunta el estudio.
"Estamos viviendo la sexta extinción de especies y por eso es importante entender cómo los animales actuales y los extintos respondieron a los cambios climáticos y a las perturbaciones ambientales", escribe la científica.
Una comprensión que puede resultar útil para enfrentar los próximos desafíos de la biodiversidad.