México vive un momento coyuntural en el que la nueva administración puede aprovechar los logros alcanzados en materia ambiental para incluir carbono azul en las acciones de mitigación al cambio climático.
Así lo aseguró el coordinador del Área de Capacitación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Juan Carlos Carrillo Fuentes, al presentar esta propuesta elaborada por la Alianza de Carbono Azul de México.
En conferencia de prensa, recordó que el carbono azul se refiere a la alta capacidad de los ecosistemas marinos para captar y almacenar carbono, la cual es dos a cuatro veces mayor a la de los bosques templados y selvas tropicales.
En compañía de representantes de WildCoast (Costa Salvaje), del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), ProNatura, y The Nature Conservancy, que conforman esta alianza con el Cinvestav, recordó que el país tiene 11 mil 122 kilómetros de costas marinas.
Dichas zonas cuentan con una amplia riqueza en ecosistemas de manglar, pastos marinos y marismas para capturar carbono, sin embargo, resultan ser de las áreas más afectadas por la actividad humana y el cambio climático.
La coordinadora de Manglares y Cambio Climático de Pronatura Sur, Marylin Bejarano, indicó que la degradación de los ecosistemas de carbono azul es principalmente causada por la urbanización costera, contaminación de agua y cambios de uso de suelo, entre otros.
En ese sentido, reveló que a pesar de que México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial con mayor extension de manglares, en los últimos 25 años ha perdido cerca del 10 por ciento de dicha cobertura.
Es por ello que se requiere que la nueva administración implemente acciones para aprovechar estos ecosistemas y ayudar a su recuperación, ya que además de retener carbono, cuentan con un valor añadido por la multiplicidad de servicios ambientales que ofrecen.
Muestra de ello es que los mismos manglares constituyen barreras naturales para la protección de la costa de fenómenos como los huracanes, además de ser los refugios de una gran variedad de crías de los ecosistemas marinos mexicanos.
Es por ello que, la alianza conformada por estos organismos propone cuatro líneas de accion al nuevo gobierno, para fortalecer la colaboración interinstitucional y público-privada para la construcción de una iniciativa nacional de carbono azul.
Estas líneas de acción consisten en la elaboración de una política pública, esquemas de financiamiento, apoyo en la ciencia y gestión territorial para combatir de manera más sólida al fenómeno del cambio climático.
Explicó que la línea de política pública plantea diseñar instrumentos de política ambiental que integren los avances sobre los ecosistemas de carbono azul, para la adaptación y mitigación del cambio climático.
Para ello, se requiere de un esquema de financiamiento público-privado flexible, permanente y a largo plazo para impulsar el aprovechamiento del carbono azul.
Además, se requiere de fortalecimiento a través de la ciencia para identificar los factores y procesos relacionados con los almacenes y flujos de carbono que permitan formular acciones asertivas y monitorear el desempeño ambiental.
Finalmente, en materia de gestión territorial, se propone el desarrollo de modelos de gestión territorial en diferentes regiones costeras para retroalimentar los programas públicos que potencialicen la inversión público-privada.
Anunciaron que la alianza presentará esta propuesta a la administración entrante para que en breve se inicien los diálogos que permitan consolidar este proyecto que podrían ayudar a México a cumplir de mejor manera el compromiso adquirido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP) de París.