La creación de un nuevo fondo mundial de biodiversidad, un reclamo de los países en desarrollo, "llevaría años", dijo este martes el ministro de Ambiente canadiense en la COP15 de Montreal, que se mostró más proclive a reformar los mecanismos financieros ya existentes.
El tema financiero es uno de los principales puntos de discusión en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad, que intenta aprobar un marco global para el próximo decenio que detenga la destrucción de los ecosistemas y sus recursos esenciales para la humanidad.
Docenas de países, encabezados por Brasil, India, Indonesia y África, piden al unísono "subsidios financieros de al menos 100.000 millones de dólares al año, o el 1% del PIB mundial hasta 2030" para implementar este "pacto de paz con la naturaleza".
La cifra representa diez veces más de las ayudas actuales.
"Los países del Norte entienden que la ambición debe estar acompañada de recursos financieros" y "han entendido la necesidad de tener acceso a fuentes de financiamiento que sean transparentes, predecibles y accesibles", aseguró el ministro Steven Guilbeault durante una conferencia de prensa.
Pero "crear un nuevo fondo podría llevar años, y durante esos años, los países del Sur no estarían recibiendo ningún dinero de ese fondo", advirtió, recordando los siete años que llevó implementar el actual Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el principal mecanismo actual para la biodiversidad.
"Así que creo que sería mejor usar los fondos existentes" mientras se aplican reformas que hagan que el dinero sea más accesible, agregó.
"Por otro lado, tenemos que estar de acuerdo en que no puede ser sólo dinero público", declaró, invitando a "mirar todas las fuentes de financiación": privadas, filantrópicas y públicas, así como "el Banco Mundial, el FMI y otros bancos de desarrollo".
"Todos debemos esforzarnos más esta semana", instó Guilbeault, luego de una primera semana de conversaciones poco efectiva.
El presidente de la COP15 y ministro chino de Ecología y Ambiente, Huang Runqiu, estimó por su parte que "se pueden aceptar todos los objetivos".
Pero "las ambiciones deben ser alcanzables" y "debemos asegurarnos de que el marco se pueda aplicar sobre el terreno", recordó, mientras los delegados de los 193 países presentes negocian objetivos cuantificables como proteger el 30% de las tierras y los mares, reducir a la mitad el uso de pesticidas y restaurar entre 20 y 30% de las tierras degradadas, entre otros.