En Querétaro se generan todo tipo de investigaciones, pero quien pensaría que alguien de nuestra ciudad ha desarrollado una importante aportación a las ciencias naturales al crear una serie de enciclopedias universales que apoyan a la identificación de la flora a nivel mundial.
Rey Elizondo, egresado de la Fuerza Área Mexicana y del Instituto Politécnico Nacional, ha dedicado décadas de su vida a compilar fotos, nombres y familias de las plantas del mundo. En tan solo 20 años, el investigador independiente ha catalogado 50 mil plantas y todas bajo un idioma universal: el latín.
“Con mis libros no importa el idioma que se hable, al utilizar el latín un alemán, un ruso o un árabe puede entender de qué estoy hablando. En el mundo científico el latín es un idioma universal, por lo que quien tenga conocimientos de botánica o esté buscando una planta en específico puede identificarla por su nombre científico, eso nunca va a cambiar”, explicó.
Su trabajo independiente inició por su gusto personal hacia las ciencias naturales. Como tal, él no posee un grado de estudios especializado en la botánica o la ciencia; sin embargo, su gusto por el conocimiento y por estas disciplinas fueron lo que lo inclinaron a leer libros en relación con estos temas.
“Por el trabajo de mi esposa (Corina Schmelkes, autora del Manual para la presentación de anteproyectos e informes) viajábamos mucho. Y como yo iba de acompañante, pues me paseaba en las bibliotecas de los lugares que visitábamos y normalmente adquiría libros en todos los idiomas, fue así como me fui haciendo una bibliografía”, profundizó Elizondo.
Desde textos en portugues, italiano, ruso, chino, Rey se hizo de una amplia biblioteca del conocimiento; no obstante, él identificó que al tratar de plantas, el idioma no es un limitante. Su curiosidad lo orilló a cuestionarse sobre la falta de un documento que entrelace los descubrimientos de varios investigadores a nivel internacional, fue ahí donde él vio una oportunidad para hacer una aportación a las ciencias naturales.
Recuperando solamente el nombre en latín de la planta (o “nombre y apellido” como él nos explicó), la familia científica a la que pertenecía y el uso de una imagen, fue como fue construyendo sus enciclopedias.
Su labor lo ha llevado a la clasificación no sólo de la flora mexicana, sino de especies europeas, asiáticas y de otras regiones del mundo.
Él asegura que a pesar de que puedan surgir nuevos descubrimientos o clasificaciones, los libros publicados no pierden su valor científico.
“Estos libros nunca se volverán obsoletos porque sus nombres científico siempre lo han tenido, al igual que las clasificaciones. Lo que sí dan cuenta es del cómo han evolucionado los criterios de clasificación, anteriormente las plantas eran clasificadas por su aroma, color, efectos curativos, en fin... Inicialmente era un caos darle orden a su clasificación, pero si nos enfocamos en darles el nombre, apellido y la familia, su contenido no deja de ser valioso”, aseguró.
Desde begonias y orquídeas hasta cactaceas. Para su clasificación depende la cantidad de ‘integrantes’ de cada familia. En ocasiones ha llegado a juntar más de una en un mismo libro para poder presentar un documento con poco más de 100 páginas.
“En teoría presento un libro por cada familia. Por ejemplo, en ese momento me encuentro clasificando la familia de los agaves, así que sólo será un libro con todos los ‘parientes’. Hay familias que tienen dos, tres, cinco o 20 sub-familias entonces puedes hacer un libro de un buen tamaño. Si es arriba de cien, hago un libro. Si es menos de cien, junto varias familias, los agrupo de acuerdo a su nombre, por ejemplo, todos los de la letra ‘A’ los junto en un solo libro y así me voy porque no puedo hacer un libro nada más de una sola página para una familia, pero si junto varias ya hago un libro de cien páginas para 20 familias”.
De acuerdo a su experiencia, la familia de las orquídeas es de las más grandes que hay con hasta 25 mil especies integrantes. Según lo que ha leído de otros autores, en el mundo deben existir alrededor de 500 mil especies de plantas. “Si en 20 años he podido registrar 50 mil especies, yo creo que me faltan otros 250 años”, bromeó el investigador.
Algo que ha notado dentro de sus años como investigador de ciencias naturales es que en nuestro país “a nadie le importan las plantas”. “He conseguido más textos en el extranjero sobre la flora mexicana que en el país. Somos un país con personas con un amplio conocimiento de la herbolaría, pero a la hora de documentarlo, la labor es pobre. Si han existido algunos esfuerzos, sin embargo no son suficientes”, puntualizó.
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La indiferencia en el ámbito ecológico no es algo exclusivo de nuestro país; de acuerdo con Elizondo, es una situación que se encuentra hasta en las más grandes potencias del país, por lo que enfatizó en la importancia de concientizar a las nuevas generaciones sobre el valor que tiene la protección de la flora.
Hasta el momento, los libros de Rey Elizondo se pueden encontrar bajo el genérico Herbarium Rex (catálogo herbario) y el título principal depende de la familia de plantas. Su obra han se ha presentado en Querétaro, y el investigador ha participado en ferias de libros organizados por las Universidades Autónomas de Tabasco, Chapingo, Nuevo León y Tamaulipas.