Renacen ajolotes en canales Xochimilco

Redacción

  · sábado 13 de octubre de 2018


México, (Notimex).- Silencioso y sereno, el mítico ajolote mexicano nada entre los canales recuperados de Xochimilco, como muestra de que si existe voluntad, es posible rescatar una especie en extinción y que además es emblemática para la cultura mexicana.

En efecto, como un hito de la fuerza de Xochimilco para sobrevivir a la depredadora mancha urbana, hoy este anfibio ha vuelto a reproducirse de manera natural y resguardarse en uno de los proyectos de rescate más ambiciosos de esta demarcación para regresar a este icónico anfibio, único en su naturaleza.

Chinampayolo es el proyecto en el que un grupo de 10 productores chinamperos de Xochimilco, suman fuerzas a manera de cooperativa-asociación civil, para el rescate y conservación del humedal de Xochimilco, el cual a duras penas sobrevive nutrido por las aguas negras provenientes del Cerro de la Estrella.

Pedro Mendez Rosas, chinampero y promotor de la Unión de Chinamperos para Chinampayolo, comentó que fue la inquietud de los habitantes nativos de Xochimilco por conservar uno de los últimos vestigios de la antigua cultura Mexica.

Para ello se avocaron a trabajar, con técnicas ancestrales, la idea original que llevó a la construcción de las chinampas para la siembra de manera que hoy Chinampayolo es una réplica de lo que fue el lago de Xochimilco hace 50 años.

En los últimos años, uno de los problemas a los que se ha enfrentado Xochimilco es la introducción de especies invasoras como la carpa y la tilapia, cuyos ejemplares han invadido los canales principales en perjuicio de las especies nativas.

Afirmó que su objetivo es tener el hábitat completo: “tenemos como especie emblemática al ajolote, pero junto con el ajolote va el pescado blanco, el acocil, el peto, el michipeto, las carpas xochimilcas o comínidos, así como la microbiología que habitaba el canal”.

Para llevar a cabo este proyecto, Felipe Barrera, representante de la sociedad cooperativa, informó durante un recorrido que con los biofiltros lograron que la calidad del agua fuera óptima, al grado de que en estas aguas se detectan apenas 40 colonias de coliformes por litro, lo que resulta de buena calidad, explicó.

Gracias a ello, dijo, muchas especies acuáticas, como ranas, acociles, y los mismos ajolotes han regresado “y se están reproduciendo de manera natural como lo hacían hace 50 años todavía, lo que nos llena de esperanza”.

Además, en las aguas de estos canales internos comenzaron a proliferar especies vegetales que hace tiempo habían dejado de aparecer en los canales de Xochimilco, debido a que las carpas se las comían y a la dura competencia que tienen con lirios acuáticos invasores.

El resultado fue una calidad de agua que permite regar la tierra de las chinampas para obtener productos 100 por ciento orgánicos y libres de agroquímicos.

Pero, además, logrado que una especie tan sensible como el ajolote regresara a una región en la que ya le era imposible sobrevivir, de ahí que la presencia de este anfibio sirva como un bioindicador de lo saludable o enfermo que se puede encontrar el humedal.

Felipe Barrera explicó que actualmente la población de ajolotes, según datos del doctor Luis Sambrano, quien ha aportado ayuda al proyecto de rescate de Xochimilco por parte de la UNAM, se contabiliza en cerca de 10 a 20 organismos por kilómetro de canal.

Esta tendencia, dijo, continuará descendiendo, por lo que de no ser por proyectos como Chinampayolo, el animal terminaría por desaparecer en un futuro no muy lejano.

Chinampayolo se ha estructurado también para constituirse también en una escuela chinampera, en la que se han rescatado las estrategias que llevaron a las chinampas a convertirse en una de las tecnologías más eficientes de producción.

Para ello, se ha trabajado con el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como la Red Patrimonio Biocultural y otras organizaciones civiles.

Además, en la parte de producción agroecológica, Chinampayolo cuenta con el apoyo de otras instituciones universitarias y con el Movimiento Agroecológico Mexicano (MAM). También se tiene una perspectiva turística, en la que trabajan con la Sociedad Cooperativa Olintlali.

Finalmente se cuenta con una parte de comercialización, que es otra rama de la misma cooperativa y con la que se han establecido nexos con restaurantes gourmet y personas interesadas en consumir alientos 100 por ciento orgánicos.

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