El colobrí es una de las aves más pequeñas del mundo y su corazón en estado de reposo late entre 500 y 700 veces por minuto y en estado activo puede latir hasta mil 200 veces por minuto, el récord absoluto en frecuencia cardíaca de los vertebrados.
Comen frecuentemente, en un día lo consumen hasta cinco veces su peso corporal, debido a que gastan gran cantidad de energía durante el vuelo. Es capaz de volar en cualquier dirección: hacia adelante, hacia atrás, arriba, abajo e incluso de cabeza.
No pueden caminar o saltar. Sin embargo, usan sus patas para rascarse y para posarse sobre las ramas. Viven de 3 a 5 años en su hábitat natural, aunque ha habido algunos casos que han llegado a los 10 años de edad..
Su capacidad de aleteo es de 70 por segundo aunque puede llegar hasta 200 veces por segundo y alcanzar un vuelo de 15 mil pies de altura. Su control total de la locomoción en la columna de aire les permite permanecer suspendidos en un punto fijo, algo que ningún vertebrado volador es capaz de emular siquiera con un ápice de la precisión que demuestran estos animales privilegiados.
Algunas especies de huevos de colibrí pueden medir de 8 a 10 milímetros y el tamaño de su nido es el de un dedal.
Durante la noche, desarrollan un estado de letargo en el que su temperatura se reduce de los habituales 40ºC a la temperatura ambiente, su corazón se ralentiza hasta el centenar de pulsaciones por minuto y sus riñones dejan de funcionar para evitar la muerte por deshidratación. Sólo de esta manera sobreviven al intervalo inevitable de ayuno.