/ sábado 26 de febrero de 2022

Sequía y fuego laceran vida silvestre en argentinos Esteros del Iberá

Zona protegida dentro de los Esteros, el fuego dañó más de la mitad de las 195.000 hectáreas del Parque Nacional Iberá

Carpinchos, yacarés, guacamayos rojos, osos meleros, aves, tatús. Rescatistas se empeñan en salvar a decenas de animales de la abundante fauna silvestre de los Esteros del Iberá, el mayor humedal de Argentina, en peligro por los incendios que devoran desde diciembre montes y pastizales.

"Hay animales muertos previo a los incendios porque el fuego es consecuencia de la sequía pronunciada que tenemos desde hace dos años", explica a la AFP Alejandra Boloqui, de la Fundación Cambyretá para la Naturaleza.

Los incendios consumieron ya el 10% de la superficie de la provincia de Corrientes, en el noreste del país, donde se encuentran los Esteros del Iberá de 1,3 millones de hectáreas.

Zona protegida dentro de los Esteros, el fuego dañó más de la mitad de las 195.000 hectáreas del Parque Nacional Iberá, según la fundación conservacionista Rewilding Argentina.

Corrientes soporta la peor sequía de los últimos 60 años acentuada por las altas temperaturas del verano austral y múltiples incendios con pérdidas millonarias para la producción e incalculables en biodiversidad.

- Sed y fuego -

En los Esteros, un gigantesco reservorio de agua dulce, hay bañados y lagunas secas o reducidas a ojos de agua.

En su búsqueda incesante por el agua, los animales "están debilitados, sin fuerza, son lentos o están enfermos y entonces son alcanzados por las llamas" señala Boloqui.

Los bomberos combaten las llamas con contrafuegos. Se encontraron restos de carpinchos y yacarés que murieron atrapados entre ambos frentes.

Otros mueren en su huída atropellados en las rutas o quedan heridos a la vera de los caminos.

"Algunos logran escapar y se arriman a los bebederos de los campos donde son rescatados", relata Boloqui.

Un video que se hizo viral reproduce el momento en que un rescatista echa agua para mitigar el dolor sobre un oso melero que se acercó con quemaduras en el pelaje, patas y hocico. El fuego también le causó ceguera, según veterinarios.

El oso fue llevado al Centro de Rescate Aguará, el único que tiene la provincia, en Paso de la Patria, a 1.100 kilómetros.

Ese centro recibió en enero pasado unos 70 animales, la mayoría víctimas de los incendios.

Una red de veterinarios opera en la provincia para asistir también a animales de producción afectados.

- Aves, esperanza del bosque -

El fuego consumió miles de hectáreas de pastizales indispensables para el ecosistema del humedal pero también bosques nativos, habitat de cientos de aves.

Entre ellas se cuenta el guacamayo rojo reintroducido en 2015 después de 150 años de haber desaparecido de Corrientes.

La bióloga Marianela Massot, a cargo del proyecto de reintroducción del guacamayo rojo en los Esteros del Iberá, de la fundación Rewilding Argentina, se preocupa por la falta alimento para las aves.

"El pastizal se regenera muy rápido, le cae un poquito de agua y explota. El problema son los montes, pensábamos que nunca se iban a quemar, pero los árboles se quemaron, los bosques están marrones y falta la comida de las aves frugívoras, de mis guacamayos. No hay comida para mis guacamayos", se lamenta ante la AFP.

Veinte días atrás el fuego consumió el campamento en el norte del parque nacional, en Cambyretá, adonde Massot monitoreaba la época de nidada.

"La falta de agua se venía viendo desde hace rato. Los montes estaban secos, los esteros. Era impensado que se secara el mayor humedal del país y los montes que guardan más la humedad", señala.

Cercados por el fuego, Massot y su equipo rescataron dos nidos con cuatro pichones y dos guacamayos adultos.

"Los sacamos de noche adentro de una mochila por el estero", relata. Afectados por el humo, están en recuperación en el centro Aguará. Para alimentar a los pichones utilizan títeres que emulan guacamayos y se evita toda interacción que entorpezca su regreso a la vida silvestre.

Los otros 17 ejemplares que están libres muestran reportes de actividad, según monitoreos electrónicos. No hay un relevamiento de los animales muertos.

"A simple vista está todo quemado, recorrés un poquito y ya se ve la fauna afectada por el fuego, encontrás yacarés, carpinchos muertos, tatús. El monte se quemó muy rápido", detalla la bióloga, y destaca la merma de trinos de aves en los esteros.

Las aves serán fundamentales en la regeneración del bosque, explica.

"Algunos montes se salvaron y servirán de fuentes de semillas y de frutos para las aves que son dispersoras de semillas como los guacamayos para volver a regenerar los bosques a largo plazo", dice. "Lo único que falta, es que llueva, que llueva mucho".

Carpinchos, yacarés, guacamayos rojos, osos meleros, aves, tatús. Rescatistas se empeñan en salvar a decenas de animales de la abundante fauna silvestre de los Esteros del Iberá, el mayor humedal de Argentina, en peligro por los incendios que devoran desde diciembre montes y pastizales.

"Hay animales muertos previo a los incendios porque el fuego es consecuencia de la sequía pronunciada que tenemos desde hace dos años", explica a la AFP Alejandra Boloqui, de la Fundación Cambyretá para la Naturaleza.

Los incendios consumieron ya el 10% de la superficie de la provincia de Corrientes, en el noreste del país, donde se encuentran los Esteros del Iberá de 1,3 millones de hectáreas.

Zona protegida dentro de los Esteros, el fuego dañó más de la mitad de las 195.000 hectáreas del Parque Nacional Iberá, según la fundación conservacionista Rewilding Argentina.

Corrientes soporta la peor sequía de los últimos 60 años acentuada por las altas temperaturas del verano austral y múltiples incendios con pérdidas millonarias para la producción e incalculables en biodiversidad.

- Sed y fuego -

En los Esteros, un gigantesco reservorio de agua dulce, hay bañados y lagunas secas o reducidas a ojos de agua.

En su búsqueda incesante por el agua, los animales "están debilitados, sin fuerza, son lentos o están enfermos y entonces son alcanzados por las llamas" señala Boloqui.

Los bomberos combaten las llamas con contrafuegos. Se encontraron restos de carpinchos y yacarés que murieron atrapados entre ambos frentes.

Otros mueren en su huída atropellados en las rutas o quedan heridos a la vera de los caminos.

"Algunos logran escapar y se arriman a los bebederos de los campos donde son rescatados", relata Boloqui.

Un video que se hizo viral reproduce el momento en que un rescatista echa agua para mitigar el dolor sobre un oso melero que se acercó con quemaduras en el pelaje, patas y hocico. El fuego también le causó ceguera, según veterinarios.

El oso fue llevado al Centro de Rescate Aguará, el único que tiene la provincia, en Paso de la Patria, a 1.100 kilómetros.

Ese centro recibió en enero pasado unos 70 animales, la mayoría víctimas de los incendios.

Una red de veterinarios opera en la provincia para asistir también a animales de producción afectados.

- Aves, esperanza del bosque -

El fuego consumió miles de hectáreas de pastizales indispensables para el ecosistema del humedal pero también bosques nativos, habitat de cientos de aves.

Entre ellas se cuenta el guacamayo rojo reintroducido en 2015 después de 150 años de haber desaparecido de Corrientes.

La bióloga Marianela Massot, a cargo del proyecto de reintroducción del guacamayo rojo en los Esteros del Iberá, de la fundación Rewilding Argentina, se preocupa por la falta alimento para las aves.

"El pastizal se regenera muy rápido, le cae un poquito de agua y explota. El problema son los montes, pensábamos que nunca se iban a quemar, pero los árboles se quemaron, los bosques están marrones y falta la comida de las aves frugívoras, de mis guacamayos. No hay comida para mis guacamayos", se lamenta ante la AFP.

Veinte días atrás el fuego consumió el campamento en el norte del parque nacional, en Cambyretá, adonde Massot monitoreaba la época de nidada.

"La falta de agua se venía viendo desde hace rato. Los montes estaban secos, los esteros. Era impensado que se secara el mayor humedal del país y los montes que guardan más la humedad", señala.

Cercados por el fuego, Massot y su equipo rescataron dos nidos con cuatro pichones y dos guacamayos adultos.

"Los sacamos de noche adentro de una mochila por el estero", relata. Afectados por el humo, están en recuperación en el centro Aguará. Para alimentar a los pichones utilizan títeres que emulan guacamayos y se evita toda interacción que entorpezca su regreso a la vida silvestre.

Los otros 17 ejemplares que están libres muestran reportes de actividad, según monitoreos electrónicos. No hay un relevamiento de los animales muertos.

"A simple vista está todo quemado, recorrés un poquito y ya se ve la fauna afectada por el fuego, encontrás yacarés, carpinchos muertos, tatús. El monte se quemó muy rápido", detalla la bióloga, y destaca la merma de trinos de aves en los esteros.

Las aves serán fundamentales en la regeneración del bosque, explica.

"Algunos montes se salvaron y servirán de fuentes de semillas y de frutos para las aves que son dispersoras de semillas como los guacamayos para volver a regenerar los bosques a largo plazo", dice. "Lo único que falta, es que llueva, que llueva mucho".

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