Ha caído la noche en Washington, pero decenas de curiosos observan con prismáticos y apuntan con cámaras fotográficas a un ave rapaz del Ártico de suntuoso plumaje blanco, encaramada en lo alto de una estatua, muy cerca del Capitolio.
Hace días que circula el rumor de que un búho nival ha llegado a la ciudad.
"¡Está ahí!", grita uno de los ornitólogos aficionados. Acto seguido los trípodes se desplazan en busca de un mejor ángulo de visión para captar su belleza.
"¡Es genial!", afirma entusiasmada Meleia Rose. "Llevo mucho tiempo observando los pájaros y es la primera vez que veo un búho nival. Lo voy a añadir a mi lista".
Muchos estadounidenses son aficionados a observar las aves ("bird-watching") y la presencia durante una semana de este espécimen de la tundra en Washington ha causado sensación.
Desde aquí "se ve el Capitolio… Es llamativo el contraste entre la vida silvestre y la ciudad, especialmente en Washington, con todos estos monumentos emblemáticos", añade junto a su pareja, Alex. Dejaron en casa a su bebé al cuidado de una niñera para poder disfrutar del momento tranquilos.
Como muchos otros, Rose se enteró a través de eBird, una red impulsada por ornitólogos aficionados que alerta de la presencia de aves raras a la comunidad (290.000 entusiastas realizaron 200 millones de avistamientos en 2021 en todo el mundo).
En esta ocasión, los fotógrafos no se hallan en un bosque ni a orillas de un lago, sino entre la imponente fachada de la estación de trenes de Washington, la Union Station, y una avenida bulliciosa, en un terraplén poblado por tiendas de campaña de personas sin techo e infestado de ratas, presas potenciales de este búho nival.
Por su plumaje, moteado de gris y blanco, se deduce que es una hembra joven. Encaramada en lo alto de una estatua mira con sus ojos amarillos la explanada de la estación en busca de un roedor que acabará entre sus garras.
"Marco improbable"
Entre la multitud de curiosos figura el embajador de Suiza en Estados Unidos, Jacques Pitteloud, un apasionado de la ornitología.
"Ver al búho nival en un marco tan improbable fue un placer muy especial", dijo a la AFP el diplomático, que "hace mucho tiempo" que tiene al búho nival en su "lista".
Con sus enormes alas blancas, estas "aves de la nieve y el hielo" son "como criaturas de otro mundo", afirma Kevin McGowan, profesor del laboratorio de ornitología de la universidad de Cornell.
El búho nival anida en las áreas árticas del círculo polar en el verano y la mayoría de los ejemplares migran hacia el sur para pasar el invierno, pero suelen detenerse en la frontera entre Canadá y Estados Unidos.
Su presencia en una zona tan austral, "es como tener a un oso polar en el barrio", añade el ornitólogo.
Harry Potter
"Es un ave fascinante, más aún para los amantes de los pájaros de la zona de Washington, donde su presencia es realmente rara. ¡Es algo increíble!", confirma a la AFP Scott Weidensaul, codirector del proyecto SnowStorm, que lleva un registro sobre su presencia en América del Norte.
El jubilado Edward Eder, de 71 años, prepara su cámara fotográfica para este "visitante del Ártico". Según él, el número de observadores de aves "probablemente ha crecido aún más durante la pandemia, porque es un pasatiempo donde puedes mantener el distanciamiento social, trazar tu propio camino...".
Acompañados de sus padres, un puñado de niños señala con el dedo la estatua e intenta ver al pájaro que quizás ya hayan visto en Harry Potter: el "búho" Hedwig, fiel compañero del aprendiz de brujo, es un búho nival.