Delfina, María de Jesús, Carmen y María Luisa, todas hermanas, fueron detenidas en Jalisco en 1964, ya que construyeron una red de secuestró y prostitución.
Las Poquianchis asesinaron entre 90 y 150 personas entre mujeres explotadas, recién nacidos y clientes, hecho que las considera las asesinas seriales con el mayor número de víctimas en la historia de nuestro país.
Estas mujeres nacidas en El Salto, Jalisco manejaban prostíbulos en este mismo estado y Guanajuato, lugares en donde golpeaban y sometían a sus víctimas.
Nacidas en una familia de carácter disfuncional, su padre, un policía del gobierno porfirista, alcohólico y que las maltrataba, mientras su madre era una fanática religiosa; cuando los padre murieron, las hermanas usaron la herencia para invertir en su primer burdel.
En 1954, las Poquianchis abrieron un nuevo burdel, tras cerrar el primero, este se inauguró en Lagos de Moreno y aunque la prostitución estaba prohibida, ellas establecieron vínculos con autoridades corruptas para su protección, también se relacionaron con secuestradores para conseguir a las mujeres que prostituían, que oscilaban entre los 12 y 15 años.
Cuando las mujeres pasaban de los 25 años, eran asesinadas y algunas otras se convirtieron en cómplices proxenetas, otras llegaron a enfermar y morir, si alguna quedaba embarazada, se le practicaba un aborto, incluso también asesinaron a los niños que llegaron a nacer.
Fue hasta que una de las víctimas logró escapar que se realizó una denuncia, tras el arresto, fueron descubiertas diferentes fosas clandestinas donde las hermanas enterraban a los muertos.
Las Poquianchis fueron condenas a la pena máxima de 40 años de cárcel y solo una logró morir en libertad.
Fuente: mexicodesconocido. com