A siete años de su estreno, el videojuego de Grand Theft Auto V se mantiene en el gusto de la comunidad gamer (video jugadores) ya sea actualizando su contenido y por la creatividad de los usuarios, quienes actualmente han llevado la emergencia sanitaria del mundo real a las calles de la ciudad ficticia de Los Santos, lugar donde ocurre este videojuego.
Los gamers visten a sus avatares con uniformes de paramédicos, brigadistas de sanitización, doctores e incluso con trajes antivirales completos, equipados con máscaras contra riesgos biológicos y virales.
Grupos de jugadores patrullan las calles en ambulancias o rondan los cielos en helicópteros de rescate y emergencias médicas, ofreciendo protección contra posibles infectados del coronavirus (personificados como jugadores de alto nivel demasiado agresivos con los recién llegados). Por el chat de voz transmiten las medidas de prevención como el respeto a la sana distancia y asesinan a aquellos jugadores “sospechosos de estar enfermos”.
También montan guardia a las afueras de alguno de los hospitales de la ciudad, inspeccionan cadáveres de supuestos fallecidos por coronavirus e investigan en laboratorios a pacientes con la sintomatología de la enfermedad; obviamente lo anterior, producto de la imaginación y entusiasmo de los jugadores.
Reuniones con paramédicos, elementos del cuerpo de bomberos, científicos, e incluso el sepulcro de cuerpos en el panteón con jugadores custodiando las carrozas fúnebres ataviados con trajes antivirales, son imágenes visualmente impactantes, pues aparte de la vestimenta y el contexto, los “gamers” van fuertemente armados con rifles de asalto, escopetas, lanza misiles y pistolas.
Es digno de un analizar como una emergencia sanitaria global, tiene también sus consecuencias en un mundo ficticio al que solo los video jugadores tienen acceso, como dos mundos totalmente diferentes se relacionan y la forma en que los sucesos que ocurren en uno – sea real o no – afectan al otro y a la vida de sus habitantes.