/ martes 17 de octubre de 2017

Reconocen labores de Maia y Luna

Puebla, (Notimex).- Maia y Luna son dos perros hembra de razalabrador que participaron en las labores de rescate en la Ciudad deMéxico, tras el sismo del pasado 19 de septiembre de magnitud7.1.

Maia es una perra color arena que tiene de 2.5 años de edad,pero que ha sido entrenada desde los dos meses de nacida para laslabores de Búsqueda y Rescate, y con el sismo del pasado 19 deseptiembre tuvo su primera intervención en una contingencia parauna búsqueda real.

Maia es manejada por Juan Gutiérrez Álvarez, coordinador delárea de Perros de Búsqueda y Rescate de la Cruz Roja delegaciónPuebla, quien en entrevista con Notimex relató su experiencia trasparticipar por primera vez en una contingencia real por sismo.

En el diálogo relató que a los perros los entrenan de dos atres días a la semana, en ocasiones trabajan todos los días conel propósito de tener siempre en entrenamiento al binomio.

A los perros se les hacen pruebas para saber si pueden serseleccionados o no para ser perros de trabajo, en este caso, enlabores de búsqueda y rescate.

Los perros están en posesión de cada uno de sus manejadores, yen casa son atendidos como mascotas pero al ser perros de trabajoreciben un entrenamiento constante para estar siempre listos en elmomento que se requiera.

Una vez que ocurrió el sismo del pasado 19 de septiembre, éljunto con el binomio Maia realizaron diversas labores de apoyo yauxilio en la ciudad de Puebla y fue por la noche que fueronasignados para apoyar en las labores de rescate en la Ciudad deMéxico.

En la capital del país los rescatistas poblanos apoyaron a laUnidad Nacional de Intervenciones Rápidas (UNIR), quienes seencargaron de las labores de rescate en el Colegio EnriqueRébsamen, y quienes con el apoyo de los binomios lograron elrescate de la primer víctima a los 50 minutos de intervención, ydespués del primer marcaje, 33 horas después se hace el rescatede tres víctimas más.

Los binomios poblanos fueron cambiando de sede de acuerdo a lasdisposiciones del gobierno de la Ciudad de México, como el caso deÁngel Daniel Hernández López, paramédico de Cruz Roja yparticipante en la especialidad de Búsqueda y Rescate junto conLuna.

“Luna era una mascota, no era un perro de trabajo. Alprincipio creció como la hierba porque no tenía quien la educara,o le enseñara algo. Recuerdo que una vez hasta arrancó elretrovisor del coche de mi mamá porque era muy traviesa, muyinquieta y con mucha energía”, dijo Daniel al referirse a laperra labrador color negro.

Daniel después de vivir en Cancún regresó a Puebla y se hizocargo del entrenamiento de Luna, experiencia que tenía porqueentrenaba mamíferos en Playa del Carmen.

Cuando incursionó como paramédico en la Cruz Roja de Puebla sedio cuenta que hay un área de Perros de Búsqueda y Rescate, y esahí cuando decide involucrar a Luna, que hoy está por cumplir unaño de entrenamiento en dicha especialidad, tareas que no se ledificultaron aprender porque ya tenía un trabajo previo.

Luna, antes de viajar a la Ciudad de México participó en elsimulacro de sismo que se desarrolló en la Secretaría de Finanzasdel estado, después se concentró en las instalaciones de la CruzRoja y ahí fue donde el binomio sintió el temblor, por lo queacudieron a la Escuela de Enfermería para apoyar a lacomunidad.

En el templo de San Francisco, en las inmediaciones de la 14Oriente y Boulevard 5 de Mayo, hicieron labores de primerosauxilios y posteriormente realizaron un recorrido por las calles dela ciudad a bordo del vehículo especial para perros de búsqueda yrescate.

Después Luna, junto con Maia, fue requerida en la Ciudad deMéxico donde participó en el rescate del edificio de Tlalpan.

“Siempre procedemos con protocolos de seguridad porque laseguridad es lo más importante para el binomio y para elrescatista. Además, los trabajos de los binomios son por periodos,en el caso de Luna intervenía durante un periodo de 10 minutos ydespués de iba a descanso hasta que volvían a llamarla”,comentó.

También indicó que “los perros jamás llegan a estarfatigados, se llevan en transportadoras para que descansen y éstasmismas se le sirvan para atajarse del sol y tener un espaciocómodo”.

Luna es tímida, con un poco de miedo, pero a decir de sumanejador Daniel, el trabajo que hizo en la Ciudad de México le hadado más seguridad, y ahora convive con más personas en ladelegación de la Cruz Roja.

Ambos perros seguirán en servicio mientras sus condicionesfísicas así se los permitan. Como todo ser vivo adulto, susreflejos no son los mismos, su condición física no es la misma yesos son factores que los pueden poner en una situación de riesgo,entonces es cuando se debe decidir en retirarlos.

En el caso de Luna, Daniel estima tenerla un año más en activoy después retirarla para ser una mascota y dejar de ser un perrode trabajo.

Daniel Hernández indicó que para los binomios se trata de unaactividad positiva, de recreación, tal vez ellos no se dan cuentaque es una situación de desastre y acuden como si realizaran unaactividad más, un entrenamiento más y que por ello sonrecompensados.

Las recompensas son un agrazo, un apapacho, un estímulo, lacomida o la entrega de un juguete para que no se aburran deltrabajo.

Por anterior sugirió que cuando la gente vea un perro debúsqueda y rescate; como todo mundo quiere abrazarlo y tomarse lafoto, primero pregunten al manejador o dueño si se puede tocar ono, porque el entrenamiento es a base de recompensas, y abrazarlo otocarlo es una recompensa.

“Entonces, si tú le pagas antes de que trabaje, ya no quieretrabajar porque ya recibió las caricias, el cariño, larecompensa”, dijo.

De igual manera Juan y Daniel recordaron que los perros sonseres vivos, no son juguetes, no son perros que deban ponerse demoda, son seres vivos que son demandantes, deben estar ejercitados,demandan tiempo y que reciben entrenamiento.

“No adopten un labrador pensando que serán como los perros derescate. Requieren tiempo, mucha inversión y mucha disponibilidad.Tampoco se dejen llevar mucho por lo que ven en redes sociales,porque no hay nada más cruel que tratar a un perro como si nofuera un perro”, manifestó Daniel.

“Mucha gente los quiere tratar como niños, como bebés, comosus hijos, cuando los perros tienen sus propias necesidades ymaneras de vivir. Como seres humanos los proveeremos de los mejorescuidados y atenciones pero siempre y cuando no los humanicemos, esose llama antropomorfizarlos”, expresó.

Puebla, (Notimex).- Maia y Luna son dos perros hembra de razalabrador que participaron en las labores de rescate en la Ciudad deMéxico, tras el sismo del pasado 19 de septiembre de magnitud7.1.

Maia es una perra color arena que tiene de 2.5 años de edad,pero que ha sido entrenada desde los dos meses de nacida para laslabores de Búsqueda y Rescate, y con el sismo del pasado 19 deseptiembre tuvo su primera intervención en una contingencia parauna búsqueda real.

Maia es manejada por Juan Gutiérrez Álvarez, coordinador delárea de Perros de Búsqueda y Rescate de la Cruz Roja delegaciónPuebla, quien en entrevista con Notimex relató su experiencia trasparticipar por primera vez en una contingencia real por sismo.

En el diálogo relató que a los perros los entrenan de dos atres días a la semana, en ocasiones trabajan todos los días conel propósito de tener siempre en entrenamiento al binomio.

A los perros se les hacen pruebas para saber si pueden serseleccionados o no para ser perros de trabajo, en este caso, enlabores de búsqueda y rescate.

Los perros están en posesión de cada uno de sus manejadores, yen casa son atendidos como mascotas pero al ser perros de trabajoreciben un entrenamiento constante para estar siempre listos en elmomento que se requiera.

Una vez que ocurrió el sismo del pasado 19 de septiembre, éljunto con el binomio Maia realizaron diversas labores de apoyo yauxilio en la ciudad de Puebla y fue por la noche que fueronasignados para apoyar en las labores de rescate en la Ciudad deMéxico.

En la capital del país los rescatistas poblanos apoyaron a laUnidad Nacional de Intervenciones Rápidas (UNIR), quienes seencargaron de las labores de rescate en el Colegio EnriqueRébsamen, y quienes con el apoyo de los binomios lograron elrescate de la primer víctima a los 50 minutos de intervención, ydespués del primer marcaje, 33 horas después se hace el rescatede tres víctimas más.

Los binomios poblanos fueron cambiando de sede de acuerdo a lasdisposiciones del gobierno de la Ciudad de México, como el caso deÁngel Daniel Hernández López, paramédico de Cruz Roja yparticipante en la especialidad de Búsqueda y Rescate junto conLuna.

“Luna era una mascota, no era un perro de trabajo. Alprincipio creció como la hierba porque no tenía quien la educara,o le enseñara algo. Recuerdo que una vez hasta arrancó elretrovisor del coche de mi mamá porque era muy traviesa, muyinquieta y con mucha energía”, dijo Daniel al referirse a laperra labrador color negro.

Daniel después de vivir en Cancún regresó a Puebla y se hizocargo del entrenamiento de Luna, experiencia que tenía porqueentrenaba mamíferos en Playa del Carmen.

Cuando incursionó como paramédico en la Cruz Roja de Puebla sedio cuenta que hay un área de Perros de Búsqueda y Rescate, y esahí cuando decide involucrar a Luna, que hoy está por cumplir unaño de entrenamiento en dicha especialidad, tareas que no se ledificultaron aprender porque ya tenía un trabajo previo.

Luna, antes de viajar a la Ciudad de México participó en elsimulacro de sismo que se desarrolló en la Secretaría de Finanzasdel estado, después se concentró en las instalaciones de la CruzRoja y ahí fue donde el binomio sintió el temblor, por lo queacudieron a la Escuela de Enfermería para apoyar a lacomunidad.

En el templo de San Francisco, en las inmediaciones de la 14Oriente y Boulevard 5 de Mayo, hicieron labores de primerosauxilios y posteriormente realizaron un recorrido por las calles dela ciudad a bordo del vehículo especial para perros de búsqueda yrescate.

Después Luna, junto con Maia, fue requerida en la Ciudad deMéxico donde participó en el rescate del edificio de Tlalpan.

“Siempre procedemos con protocolos de seguridad porque laseguridad es lo más importante para el binomio y para elrescatista. Además, los trabajos de los binomios son por periodos,en el caso de Luna intervenía durante un periodo de 10 minutos ydespués de iba a descanso hasta que volvían a llamarla”,comentó.

También indicó que “los perros jamás llegan a estarfatigados, se llevan en transportadoras para que descansen y éstasmismas se le sirvan para atajarse del sol y tener un espaciocómodo”.

Luna es tímida, con un poco de miedo, pero a decir de sumanejador Daniel, el trabajo que hizo en la Ciudad de México le hadado más seguridad, y ahora convive con más personas en ladelegación de la Cruz Roja.

Ambos perros seguirán en servicio mientras sus condicionesfísicas así se los permitan. Como todo ser vivo adulto, susreflejos no son los mismos, su condición física no es la misma yesos son factores que los pueden poner en una situación de riesgo,entonces es cuando se debe decidir en retirarlos.

En el caso de Luna, Daniel estima tenerla un año más en activoy después retirarla para ser una mascota y dejar de ser un perrode trabajo.

Daniel Hernández indicó que para los binomios se trata de unaactividad positiva, de recreación, tal vez ellos no se dan cuentaque es una situación de desastre y acuden como si realizaran unaactividad más, un entrenamiento más y que por ello sonrecompensados.

Las recompensas son un agrazo, un apapacho, un estímulo, lacomida o la entrega de un juguete para que no se aburran deltrabajo.

Por anterior sugirió que cuando la gente vea un perro debúsqueda y rescate; como todo mundo quiere abrazarlo y tomarse lafoto, primero pregunten al manejador o dueño si se puede tocar ono, porque el entrenamiento es a base de recompensas, y abrazarlo otocarlo es una recompensa.

“Entonces, si tú le pagas antes de que trabaje, ya no quieretrabajar porque ya recibió las caricias, el cariño, larecompensa”, dijo.

De igual manera Juan y Daniel recordaron que los perros sonseres vivos, no son juguetes, no son perros que deban ponerse demoda, son seres vivos que son demandantes, deben estar ejercitados,demandan tiempo y que reciben entrenamiento.

“No adopten un labrador pensando que serán como los perros derescate. Requieren tiempo, mucha inversión y mucha disponibilidad.Tampoco se dejen llevar mucho por lo que ven en redes sociales,porque no hay nada más cruel que tratar a un perro como si nofuera un perro”, manifestó Daniel.

“Mucha gente los quiere tratar como niños, como bebés, comosus hijos, cuando los perros tienen sus propias necesidades ymaneras de vivir. Como seres humanos los proveeremos de los mejorescuidados y atenciones pero siempre y cuando no los humanicemos, esose llama antropomorfizarlos”, expresó.

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