La pandemia del Covid-19 ha devastado al mundo entero provocando la muerte de casi 22 mil personas desde que apareció en diciembre de 2019 a la fecha y una cifra de más de 481 mil 300, casos de contagio en 182 países.
La organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 30 de enero la emergencia internacional ante el brote del nuevo coronavirus que inició en China y en tres meses se propagó a prácticamente todos los países del mundo, siendo declarada pandemia.
Hoy más de un tercio de la población mundial se encuentra confinada, luego de que varios países ordenaran cuarentena total para frenar la propagación del coronavirus, que en España ya superó la cifra de muertos de China.
Incontables son las malas noticias que surgen por el coronavirus en un planeta cada vez más confinado que cuenta a sus muertos y ve aterrado el hundimiento de la economía mundial. Sin embargo, también es posible ver una parte positiva, que de alguna forma rompe con la oscuridad en la que nos hemos sumido.
1. Lavarse las manos
Una de las principales recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado en claro para evitar el contagio del nuevo coronavirus es lavarse las manos. Profesionales sanitarios, políticos y famosos han retomado el mensaje en redes sociales con el fin de enseñar la técnica correcta para lavar cada parte de las manos, así como el uso de un gel antibacterial y parece estar dando resultado ya que cada vez más personas están más atentas a lavarse bien las manos.
2. Menos contaminación
El cierre de fábricas y empresas, la parálisis casi total del sector aéreo, la demanda de carbón para las centrales eléctricas, la circulación de menos vehículos en las grandes ciudades y la implementación del confinamiento en los hogares ha sido positivo para el medio ambiente ya que las emisiones de CO2 han bajado.
De acuerdo al Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), tan solo en febrero las emisiones de CO2 en China cayeron un 25%, es decir, 200 millones de toneladas en comparación con el mismo periodo en 2019. La desaceleración china también hizo desplomarse un 36% el consumo de carbón en las centrales eléctricas de China, con una caída casi equivalente al consumo de petróleo en las refinerías.
En Venecia, el agua se ha vuelto clara sin el trajín de barcos llenos de turistas y en muchas partes del mundo el cielo puede verse más azúl. Aunque esto será un respiro breve, ya que según los expertos, una vez que la crisis haya terminado, las economías intentarán recuperar el retraso de principios de año, de ahí que nos corresponde aprender de esto y poner nuestro granito de arena por un mundo menos contaminado.
3. Fortalecimiento de los lazos familiares
Una de las principales consecuencias del confinamiento con las que hay que lidiar es el distanciamiento entre familiares y amigos, pero si le vemos el lado positivo es una oportunidad para reforzar el sentimiento de pertenencia con aquellos que veíamos y estar más en contacto con ellos, ya sea por algún medio electrónico o telefónico; o si el trabajo nos impedía convivir más con los hijos y la pareja , es momento de disfrutarlos y conocerse mejor.
4. Salvar especies en peligro de extinción
Aunque se desconoce cuál es el origen del nuevo coronavirus, las primeras versiones se centran en un mercado de Wuhan donde se venden animales salvajes para su consumo, entre ellos, se cita como posible vector del virus a los murciélagos o los pangolines, una especie en peligro de extinción. De ahí que China decidió prohibir total e inmediatamente la venta y el consumo de animales salvajes.
En otras partes del mundo, concretamente en Gabón, en África Central, el posible vínculo entre el virus y el pangolín ha calmado a los amantes de la carne salvaje ya que su venta ha caído considerablemente.
5. Menos tráfico y menos accidentes
En África, América Latina y Europa, los toques de queda, los confinamientos, el cierre de empresas y las restricciones de desplazamiento se generalizan para frenar la enfermedad contra la que no hay vacuna ni tratamiento. Calles y avenidas de las grandes ciudades lucen desoladas debido a que muchas empresas han optado por implementar el “home Office”. Los establecimientos que permanecen abiertos han reducido a su personal originando con ello, una disminución en la circulación tanto de vehículos particulares como transporte público. Las carreteras parecen haberse vuelto un poco más seguras con menos autobuses, transporte pesado y vehículos particulares, disminuyendo así, los accidentes.
A nivel internacional, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año cerca de 1.3 millones de personas mueren y 50 millones sufren lesiones debido a las colisiones de tránsito. México no es excepción a la tendencia: a nivel nacional, el INEGI dio a conocer a fines de 2019 que tan solo en 2018 fallecieron 16,035 personas por accidentes de tránsito (7,221 en el acto), siendo las más vulnerables los ciclistas y peatones que corresponden a casi la cuarta parte de las mismas. Esto significa que mueren 44 personas por día víctimas de accidentes de tránsito. Y de tener que tomar la carretera, se cuenta con un 25% de probabilidad de morir en uno de los 30 accidentes de rutina.