En los últimos años, los estándares de belleza han cambiado, la obsesión por conseguir una figura perfecta ha dejado atrás la bulimia y la anorexia para darle paso a la vigorexia por la moda de tener cuerpos tonificados, atléticos o también conocidos como “fitness”.
La vigorexia es un trastorno en el que las personas se obsesionan por la belleza, por los músculos y los cuerpos atléticos, provocando una adicción al ejercicio.
Este trastorno, que ya forma parte de la conducta alimentaria, va de la mano con problemas psicológicos y emocionales, no solo de un nutriólogo ya que, al ser un trastorno obsesivo-psicológico, las personas no lo aceptan y requieren de atención especializada.
De acuerdo a expertos en nutrición deportiva la vigorexia es como una anorexia pero al revés, la similitud entre ambos es que los mantiene el mismo eje corporal, es decir, que altera la percepción propia del cuerpo, se ven a sí mismos delgados y sin fuerza.
Este trastorno se identifica más en hombres, sin embargo, la publicidad, las redes sociales y la moda han estereotipando a la mujer, si antes lo ideal era estar delgadas ahora son más deportivas, atléticas, lo que ha provocado un aumento de los casos de vigorexia.
Este padecimiento se presenta por lo regular en personas que en algún momento tuvieron obesidad o con baja autoestima, que no aceptan su apariencia física, incluso verse al espejo genera un gran reto o una tortura, pero en muchos casos también puede ser un escape a los problemas o un estilo de vida, incluso se puede desarrollar como un remplazo a una adicción anterior.
Las personas con vigorexia suelen consumir suplementos alimenticios o sustancias para aumentar masa muscular y rendimiento, lo que genera daños en el organismo que van desde aspectos físicos como existencia de bello facial en las mujeres y atrofia en los testículos en los hombres.