Dejar el pañal es parte del pro- ceso educativo de los niños, en su primer año de vida se educan por reflejos condicionados; después por imitación, especialmente durante su segundo año y es en esta etapa cuando inicia el proceso de conocer y utilizar el calzón de tela. El doctor Nicolás Paredes Melesio, jefe de Pediatría de un hospital en Querétaro explica que la transición se debe hacer en corresponsabilidad con los padres porque el pequeño aprenderá nuevas conductas con base en las consecuencias de sus actos.

Los esfínteres son los músculos encargados del proceso; aparecen como un reflejo, pero poco a poco deberá ser controlado de forma voluntaria, para ello, el niño debe contar con adecuadas condiciones de maduración, que generalmente ocurre entre los 24 y los 30 meses, en tres aspectos, en los que cada uno tiene su propio ritmo:

Neurológico: madurez en las estructuras cerebrales implicadas en el control cortical (del cerebro). Es el “poder” hacerlo.

Fisiológico: inseparable de lo neurológico, tiene que ver con la capacidad muscular de contraer o facilitar la micción y/o la defecación.

Psicológico: los procesos mentales que atraviesa el niño, en interacción con el adulto; es la propia percepción del niño, influida por lo que esperamos los adultos de ellos.

El proceso de comunicación es básica explica Paredes Melesio, si es niña, por ejemplo se explican las consecuencias de que se humedezcan sus zapatos y su ropa cuando se moja probablemente de pipí y de popo, con toda la paciencia del mundo, se debe cambiar incluso lavar enfrente de ella y colgar su ropa; si es niño también se dará cuenta lo incómodo que parecerá si le ponen un pañal grande, lo principal de acuerdo al especialista, es que sepan que sus actos tienen consecuencias y que depende de ellos evitarlas.

LA GUARDERÍA

La doctora Blanca Madrigal, pediatra de Querétaro asegura que también es muy importante dar un seguimiento a su madurez, porque en base a ciertos comportamientos como la edad en la que empezó a caminar, consideran algunos especialistas que 6 meses de este suceso, ya es posible entrenar a los niños, especialmente se ve en las guarderías donde aceleran el proceso ya que tienen a favor a los demás niños, al ver que sus amiguitos lo están logrando empiezan a hacerlo por imitación.

“Así que tenemos registrados niños que al año y medio o año ocho meses ya pueden controlar esfínteres, pero en general un bebé que está en casa, esperamos alrededor de dos años para entrenarlo y esto, insisto es por necesidad fisiológica”.

Blanca Madrigal, recomienda a los padres, primero mucha paciencia, ir motivan- do desde antes de decidir quitarle el pañal; tener un plan familiarizándolo con tiempo acercar el lugar donde él ocupará como baño, puede ser algunos muy pequeñitos para que el niño se pueda sentir bien, el que ellos tengan su propio baño, dijo la pediatra es un gran avance, ya que los wc para adultos les causan miedo, incluso se les pide a los padres que lleven a sus hijos al baño y les muestren los mayores cómo se hace y tener todos en la familia, la misma idea, y estar todos en el mismo canal para entrenarlo.

Recomienda la doctora que poco a poco irá sucediendo al motivarlos, a los niños les encanta que les digan que ya son grandes, festejándoles cualquier logro, es muy importante el reforzamiento positivo y en la parte técnica escoger incluso una época del año que no sea muy fría, obviamente habrá niños que cumplan 2 años en tiempo de frío, pero valdrá la pena esperar un poco porque tienen menos acontecimientos. El proceso no es tan pesado, se llevan tan sólo algunos días, si se ve que han pasado 5 o 6 días hay que dejarlo y eventualmente llegará el momento para que se logre.