Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, una persona, un lugar, un suceso o un recuerdo importante. Es aquello que sentimos, cuando percibimos algo o a alguien.
Según Cony Kohler, facilitadora y terapeuta, para separar el elegir por emociones y elegir por nosotros mismos, es importante reconocer cuándo estamos reaccionando a algo en lugar de elegir conscientemente. “La elección verdadera se siente fácil, pacífica y libre, y no requiere justificaciones. Por otro lado, si hay conflicto, carga o emociones intensas alrededor de una elección, es probable que estemos en una realidad reactiva”, indicó.
¿CÓMO SABES QUE NO ESTÁS ELIGIENDO POR EMOCIÓN?
La idea principal aquí es diferenciar entre tomar decisiones basadas en emociones y tomar decisiones basadas en lo que realmente queremos o necesitamos.
Cuando nuestras elecciones están cargadas de emociones intensas o conflictos, es probable que estemos reaccionando a algo en lugar de elegir conscientemente. Esa reacción puede ser impulsada por miedos, inseguridades o deseos de complacer a otros, en lugar de ser una elección que realmente refleje lo que queremos.
En cambio, una elección verdadera es aquella que se siente fácil y pacífica. No necesita justificaciones ni explicaciones. Es una decisión que surge de un lugar de claridad y calma, sin la influencia de emociones turbulentas.
Es como seguir tu intuición o tu sabiduría interna en lugar de dejarte llevar por la ansiedad o la presión del momento.
LIMPIEZA
Entonces, observa tus propias reacciones y pregúntate ¿Hay energía reactiva aquí?; es decir, si realmente estás eligiendo o simplemente reaccionando. Si detectas que estás en una "realidad reactiva", destruyes y des-creas esa necesidad de realidad reactiva para volver a un estado de elección verdadera.
“Acertado y equivocado, bueno y malo, POD y POC, todos los 9, cortos, chicos, POVADs, bases, creaciones y más allás”, menciona la facilitadora.
Parte de las emociones es tener “Inteligencia Emocional”, la conciencia emocional forma parte de esta inteligencia y podemos decir que es el primer paso para poder desarrollarla adecuadamente.
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Al tener dominio de la IE, podrás :
- Reconocer tus propios estados de ánimo y reflexionar sobre ellos para tomar mejores decisiones
- Relacionarse mejor con los demás al reconocer también las emociones de los otros
- Establecer límites para atender nuestras propias necesidades y bienestar, mejorando así nuestra calidad de vida
- Conocernos mejor a nosotros mismos y a los demás