La curcumina es el ingrediente activo de la cúrcuma y tiene poderosas propiedades biológicas. La medicina ayurvédica, un sistema de tratamiento tradicional de la India, recomienda la cúrcuma para una variedad de afecciones de salud. Estas incluyen dolor crónico e inflamación. La medicina occidental ha comenzado a estudiarla como analgésico y agente curativo.
El experto José Cruz en su libro "Recetas Herbolarias" lo señala como un antiinflamatorio potente que podría reducir el agravamiento que sienten las personas con artritis en sus articulaciones.
Los estudios de Arthritis Foundation parecen respaldar la capacidad de la cúrcuma para aliviar el dolor, y uno de ellos señala que parecía funcionar tan bien como el ibuprofeno en personas con artritis en las rodillas. Si bien las recomendaciones de dosificación parecen variar, los que participaron en el estudio tomaron 800 mg de cúrcuma en forma de cápsula cada día.
Es prometedora como tratamiento contra el cáncer, estudios sugieren que tiene efectos protectores contra el cáncer de páncreas, próstata y el mieloma múltiple.
Se recomienda que personas con problemas circulatorios no consumirla pues sus propiedades purificantes de la cúrcuma también pueden hacer que se sangre con mayor facilidad.
No está claro por qué sucede esto pero por sus otros beneficios sugeridos, como la reducción de los niveles de colesterol en la sangre y la reducción de la presión arterial, probablemente tengan algo que ver con la forma en que funciona la cúrcuma en la sangre.
Las personas que toman medicamentos anticoagulantes como la warfarina (Coumadin) deben evitar consumir grandes dosis de cúrcuma.