Uno de los principios activos más importantes de las semillas del castaño de indias es la escina. Esta, junto con la aesculina, tiene la capacidad de evitar la formación de edemas y aumentar la resistencia de los vasos sanguíneos, al promover la pérdida de líquidos mediante la orina. A decir de la especialista Montserrat Parada en su artículo para avogel.es, de esta forma, consiguen que la sangre fluya con normalidad y evitan, así, la aparición de varices y hemorroides. Todo gracias a sus propiedades venotónicas, que favorecen la circulación venosa, evitando que los vasos sanguíneos se dilaten y se formen varices o arañas vasculares, así como antiinflamatorias, mejorando las molestias derivadas de la insuficiencia venosa.
Saponinas, taninos y flavonoides son otros componentes del castaño de Indias que ayudan, de forma positiva, a la circulación.
La semilla de castaño de indias además tiene compuestos que pueden ayudar a combatir el cáncer. Tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y digestivas. Ayuda a disminuir la fiebre, dolores menstruales y a proteger la piel. Sus beneficios son clínicamente validados, a decir de la Clínica Mayo.
Su presentación puede puede ser en semillas, hojas, cortezas y cápsulas, que dependiendo del requerimiento del paciente es como debe consumirse.