La caída de párpados en personas después de los 50 años es algo recurrente que se puede solucionar con una blefaroplastía, cirugía que requiere pocas horas en quirófano.
Este proceso quirúrgico consiste en la eliminación del exceso de piel, músculos y grasa.
Los candidatos ideales son aquellas personas que buscan una mejoría, y no una perfección absoluta, ya que esta cirugía mejora la apariencia y la confianza en uno mismo, pero no se logra con ella situaciones estéticas.
Existen algunas condiciones médicas que pueden hacer que existan más riesgos al realizarse una cirugía de parpados, como son los problemas de tiroides, la falta de lágrimas suficientes, la presión arterial alta, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes..
La cirugía se realiza en quirófano en una o dos horas, por lo general se utiliza anestesia local por infiltración y, en pacientes nerviosos o inquietos, se utiliza anestesia local bajo sedación, y de manera permanente se revisan los signos vitales y monitorizados por un anestesiólogo.
Las complicaciones más frecuentes que se pueden presentar con esta intervención quirúrgica son: hipercorrección (que origina exposición de la superficie ocular), hipocorrección, sangrado, cicatrización hipertrófica y/o conjuntivitis.