Durante 2017, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) registró el número más bajo de mortalidad materna, al reportar 102 decesos de los más de 425 mil partos que se atendieron en el país.
El titular de la División de Atención Ginecobstétrica Perinatal del IMSS, Roberto Ruiz Rosas, informó que esta cifra representa una tasa de mortalidad materna de 24 casos por cada 100 mil partos.
En un comunicado, detalló que en 2006 la tasa era de 30.2 y alcanzó su pico máximo en 2009, con 36.1 casos, debido en gran parte a la pandemia causada por el virus de influenza AH1N1.
El galeno aseguró que esa disminución se debió a una estrategia que tiene como principales ejes la prevención de embarazos de alto riesgo, vigilancia prenatal y mejor oportunidad de atención obstétrica hospitalaria.
Además, reveló que aumentó el número de mujeres que tienen a sus hijos por parto natural, ya que de los bebés que nacieron en 2017, 57 por ciento fue por esta vía, mientras que 43 por ciento vino al mundo por cesárea.
Dicha cifra es diferente a la registrada en 2010, cuando la relación era de 51 por ciento de partos naturales y 49 por ciento eran nacimientos por cesárea, lo cual significó un aumento de seis puntos porcentuales en la atención del parto vaginal.
El especialista destacó la importancia de fomentar el parto natural, ya que éste permite disminuir el riesgo de complicaciones como la hemorragia obstétrica, por lo que la cesárea solo tendría que ser practicada cuando el médico lo indique para garantizar que el bebé nazca de forma segura.
Para lograr que la tasa de mortalidad materna continúe a la baja y dar respuesta a los casos de urgencia en el país, el IMSS mantiene coordinación entre directivos delegacionales y de nivel central en cuatro regiones.
Esto es posible mediante una vía de comunicación llamada ERI CHAT, a fin de notificar algún requerimiento de traslado y gestionar recursos en tiempo real, que permitan salvaguardar la vida de la embarazada.
Ruiz Rosas señaló que durante la gestación lo ideal es realizar seis o siete consultas de calidad con enfoque de riesgo, para una mejor vigilancia, lo cual depende de la fecha en que se diagnostica el embarazo y la paciente acude a vigilancia prenatal.
Con esta vigilancia desde el primer trimestre es posible prevenir las principales complicaciones durante el embarazo, las más comunes ocasionadas por estados hipertensivos como la preeclampsia-hipertensión arterial, retención de líquidos y proteína en la orina– y hemorragias obstétricas, que pueden presentarse aún después del nacimiento del bebé.