Una de las etapas más difíciles como padres es la adolescencia, además de los cambios emocionales, los factores del desarrollo neurobiológico del desarrollo cerebral los predisponen a mayor riesgo de consumir sustancias debido a la labilidad en el proceso de toma de decisiones, trastornos de conductas y otras causas que hacen que niños desde los 8 años se sumerjan al mundo del alcohol y desde los 10 años al cigarro, estos con el tiempo están propensos a consumir drogas más fuertes.
A decir de la terapeuta familiar, la psicóloga clínica Lucero Andrade quien tiene 20 años de experiencia ayudando a niños, adolescentes, jóvenes y sus familias a superar el tema de adicciones estos generalmente comienzan con las drogas lícitas, “las que tienen más al alcance alcohol y cigarros (…) un trágico de aquí, un traguito de por acá, para que mis padres no lo noten. Igual con los cigarros”, esta conducta que puede comenzar como un juego al poco tiempo se vuelve un escape, “(…) comienzan como juego, parte de la rebeldía, pero luego el sentir los efectos del alcohol principalmente, les da una falsa sensación de estabilidad. Quién es tímido se vuelve alegre, parlanchín y hasta bromista, eso delante de su “grupo de amigos” le da una aceptación”, indicó.
Entrados a la adolescencia comienzan a sentir una serie de sensaciones donde se creen grandes, indestructibles y comienzan a experimentar, un poco porque justo de eso se trata la etapa adolescente de “experimentar, conocer nuevas emociones, sensaciones y comerse el mundo”. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros por desgracia desarrollarán una dependencia, para luego usar drogas más peligrosas, donde se causan daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.
¿Cómo darse cuenta que nuestros hijos consumen algún tipo de drogas?
Con un historial familiar de abuso de substancias
Se sienten y están deprimidos
Sienten poco amor propio o autoestima
Sienten que no pertenecen y que están fuera del círculo de amigos, compañeros de la escuela, incluso de su propia familia.
Algunos síntomas de alarma y que como padres debemos de vigilar son:
Físicamente comienzan a verse cambios como fatiga, problemas en la conducta del sueño, quejas de sentirse mal, vómito, ojos enrojecidos sin brillo, pupilas dilatadas, tos muy frecuente, entre otros.
Las emociones juegan un papel importante y aunque generalmente asociamos los cambios de humor con “están en la adolescencia”, se debe tener mayor cuidado si nuestros hijos presentan cambios en su personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad, comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio, depresión, retraimiento y una falta general de interés.
En esta edad es común estar “enojado” con la familia y tener hasta cierto puesto rebeldía, pero si el adolescente o joven comienza a pelear por todo, desobedecer las reglas, no saber dónde se encuentra por mucho tiempo y dejar de comunicarse con su familia, es señal de alarma.
En la escuela muestra desinterés, tiene una actitud negativa para con sus maestros y compañeros, baja sus calificaciones, tiene ausencias, problemas de disciplina.
Es importante ver ahora quién es su círculo de amistades, si últimamente frecuenta amigos que se sabe se han visto envueltos en alcohol y drogas, ha tenido problemas con la policía, cambios dramáticos en su manera de vestir, apariencia, de expresión.
“Algunos de estos cambios nos pueden indicar que nuestro hijo puede estar metido en alcohol y drogas, pero también que hay problemas emocionales y es urgente que se pida ayuda a un profesional”, refirió la especialista.
La psicóloga Gabriela García Sánchez, especialista en el tema, refiere que es fundamental saber ciertos comportamientos de nuestro adolescente: en qué situación se consume, qué consume y con qué frecuencia. Saber si se siente presionado por su grupo de iguales para consumir, porque no es lo mismo ese motivo que consumir porque necesita evadirse de la realidad, por ejemplo, menciona.
“Una vez detectado el problema es recomendable acudir de inmediato a un especialista, pues será menos probable que el uso pase a abuso y éste a dependencia”, explicó.
Fiebre de vapear
Hasta hace no mucho los cigarrillos electrónicos eran consumidos por cierto sector de personas adultas, pero en los últimos tiempos comenzó la fiebre de vapear y estos vapeadores fueron puestos al alcance de los niños, adolescentes y jóvenes con atractivos diseños, formas y colores, que además los anuncian como que no tienen nicotina, pero lo que pocos saben es que contienen aún más sustancias tóxicas.
Al tener una presentación tan “chic” su venta está al alcance de la mano de todos y poder pasar desapercibido, esto se vuelve un peligro.
Muchos jóvenes en el mundo han sufrido serias lesiones en los pulmones y muertes relacionadas con el vapeo.
El sitio web de American Cancer Society revela que aunque el término "vapor" puede sonar inofensivo, el aerosol que sale de un cigarrillo electrónico no es vapor de agua y puede ser perjudicial. El aerosol del cigarrillo electrónico puede contener nicotina y otras sustancias adictivas que pueden causar enfermedades pulmonares, enfermedades cardíacas y cáncer, además que muchos vapeadores indican que no contienen nicotina, pero estudios demuestran lo contrario.
Hay evidencia que indica que la nicotina causa daño al desarrollo cerebral de los adolescentes. Si se usa durante el embarazo, la nicotina también puede causar nacimientos prematuros y bebés con bajo peso al nacer.
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Además de la nicotina, los cigarrillos electrónicos y el “vapor” (aerosol) de los cigarrillos electrónicos contienen propilenglicol y/o glicerina vegetal. Se trata de sustancias utilizadas para producir niebla escénica o teatral, la cual se ha descubierto que aumenta la irritación pulmonar y de las vías respiratorias después de la exposición concentrada.
Además, los cigarrillos electrónicos y el vapor de estos pueden contener los productos químicos o las sustancias enumeradas a continuación.
- Compuestos orgánicos volátiles
- Productos químicos saborizantes
- Formaldehído
Es importante mantener una buena comunicación con nuestros hijos, hablarles de las consecuencias que pueden traer el consumo de drogas en su vida y sobre todo llenarlos de mucho amor y comprensión en esta difícil etapa donde “adolecen” de todo.