La pandemia de COVID-19 amenaza a centenas de millones de personas en el mundo con una escasez de alimentos, en particular en África, que depende de su importación y de las exportaciones para poder pagarlos, advirtió el viernes la ONU.
"En general, una sequía puede tener impacto en el suministro y una recesión puede producir un shock en la demanda, pero ahora tenemos los dos a la vez", explicó Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en una conferencia de prensa telemática desde Roma.
"Los dos a la vez y a escala mundial. Es lo que lo hace realmente, realmente inédito", agregó.
Cada año, los intercambios de arroz, soja, maíz y trigo permiten alimentar a 2 mil 800 millones de personas en el mundo, de ellos 212 millones en situación de inseguridad alimentaria crónica y 95 millones en situación de inseguridad alimentaria grave, según el PMA.
Para "muchos países pobres, las consecuencias económicas serán más devastadoras que la enfermedad en sí", alerta esta agencia de la ONU en un informe publicado el viernes.
África, y en particular la región subsahariana que importó más de 40 millones de toneladas de cereales en 2018, es el continente más amenazado.
Somalia y Sudán del Sur son los países más expuestos a las perturbaciones de suministro en cereales, mientras que otros como Angola, Nigeria o Chad dependen de sus exportaciones para poder pagar las importaciones de alimentos.
Los países exportadores de petróleo, como Irán, Irak o Yemen y Siria, estos dos últimos en guerra, están también entre los más amenazados por la escasez de alimentos.
"Aunque los mercados mundiales de cereales de base están bien provistos y los precios globalmente bajos, los alimentos deben viajar desde los graneros del mundo hasta los lugares de consumo. Las medidas de confinamiento establecidas para luchar contra la COVID-19 empiezan a generar problemas en este sentido", se preocupa el PMA.
Los puertos de exportación registran puntualmente perturbaciones, debidas por ejemplo, a los movimientos sociales en Argentina o en Brasil.
Por su parte, algunos países europeos se enfrentan a la falta de mano de obra y de camiones en un contexto de demanda creciente, precisa el informe.
Por el momento, los precios de los alimentos de base (aceites, cereales, carnes, productos lácteos) tienen tendencia a caer, debido a las perspectivas del marasmo económico, según el índice mensual de precios de los productos alimentarios, publicado el jueves por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).