El estrés según Regueiro, se define como la reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. De esta forma, entendemos que se trata de un trastorno que el humano debe de sobrellevar, pues nos obliga a mantenernos alerta al nivel de estrés al cuál no sometemos en distintos lugares y situaciones, se en el trabajo, en la casa o en la escuela.
En un ámbito académico, el estudiante se somete a este problema que además de ser social, científicamente es clasificado como un problema de salud. De esta manera nuestro cuerpo actúa como agente de protección ante un enemigo, denominado estrés: se vuelve esa otra materia que los estudiantes deben pasar durante una larga estancia en las aulas y que estudios apuntan se presenta en los estudiantes desde la primaria hasta grados superiores.
La respuesta al estrés es nuestra particular forma de afrontar y adaptarnos a las diversas situaciones y demandas que nos vamos encontrando, es una respuesta que aparece cuando percibimos que nuestros recursos no son suficientes para afrontar los problemas. (Regueiro, s. f).
Los estudiantes de un grado universitario no están exentos a esta reacción, pues según el portal Arena Pública, los jóvenes de 15 años de nuestro país reportan un nivel de ansiedad y estrés en su desempeño escolar por encima del promedio entre los países de la OCDE.