El otro sector discriminado, al igual que los otros sectores que luchan contra el Covid-19 reciben muestras de apoyo y discriminación son los “Caza-Covid -19”.
Tal como si se tratara de una película de ciencia ficción, el personal de sanitización del gobierno del estado, sale todos los días no a cazar fantasmas, salen a cazar un enemigo real, más tangible, un enemigo que ha cobrado la vida de muchas personas el rededor del mundo, el Covid-19, al igual que los fantasmas es invisible, hay quienes creen, y quienes no creen de su exisgtencia.
Lo que importa en estos momentos es terminar con este fantasma que no nos deja salir de nuestras casas, no nos deja ir a nuestros trabajos, no nos deja salir a divertirnos y amenaza nuestra economía.
Todos los días a las 8:00 a m, este grupo de más de 100 personas sale a recorrer las avenidas más transitadas de la ciudad, en brigadas de 20 a 25 personas que se dividen y caminan largas jornadas cargando en la espalda un tanque, que lleno pesa alrededor de 15 kg, rocían por las calles miles de litros de desinfectante elaborado de hipoclirito de sodio, aceite de pino y extractos cítricos diluidos en agua, con la finalidad de erradicar la propagación del virus.
Los integrantes del personal de sanitización, en su mayoría jóvenes que se toman con humor el escuchar que en algún puesto del mercado suena la canción “Ghostbusters”, saludan a los locatarios, mientras rocían algo de desinfectante al rededor se sus puestos, en las calles reciben muestras de apoyo, les agradecen por la labor que están desempeñando, o algunos niños que gritan desde el auto, “GRACIAS POR MATAR AL CORONAVIRUS” son algunas de las acciones que hacen que sigan llevando a cabo su labor, sin importar el sol, el cansancio, o el desgaste evidente de muchos de sus trajes, salen día a día con una buena actitud.
Desafortunadamente los sanitizadores también han recibido varias muestras de discriminación, desde personas que optan por cambiarse de banqueta, o alejarse mientras pasan, hasta las tiendas de conveniencia que les niegan la entrada, con el argumento de que “ellos traen el virus”, les niegan la venta de productos aún cuando se quiten el traje afuera de la tienda, estas acciones de discriminación hechas a partir de la ignorancia y la falta de información no han evitado que estos jóvenes salgan a diario a realizar su labor, ya que también aseguran que es más la gente buena que lo agradece.