En marzo de 2020, México y una buena parte del mundo se enfrentó a un suceso desconocido, un virus que logró encerrar a toda la humanidad al tener pocos informes sobre él, además de la amenaza latente de contagio, la cual era traducida a muerte y con su aparición, el Covid-19 provocó que las personas comenzaron a crear muchos tipos de ansiedad, miedos y en muchos casos paranoia.
A dos años de esta pandemia, finalmente pareciera que la vida continúa, pero, ¿qué está pasando con los niños y algunos adultos que crearon síndromes ante este suceso? Estela Durán, doctora en psicología, especialista en hipnosis, programación neurolingüística, entre otras certificaciones, explica en exclusiva para los lectores de Diario de Querétaro, los problemas a los que hoy se enfrenta la población.
"Después de encerrarnos se comenzó a desarrollar muchos trastornos, que iban desde la ansiedad por estar encerrados, la incertidumbre financiera, despedirnos de nuestros seres queridos, proteger desmedidamente a nuestra familia, entre muchos otros" explica la experta.
Y en esos dos años que nos sometieron al encierro, de un momento a otro de igual forma nos dejaron salir sin ninguna preparación emocional. A los chicos -que fueron a los que más limitaron para salir o entrar a espacios públicos, durante casi toda la pandemia-, los "aventaron" a las escuelas sin antes prepararlos emocionalmente para su regreso. Estela explica que hoy en día una gran cantidad de niños, pre y adolescentes, han comenzado a desarrollar el síndrome del Niño Caracol. "Básicamente este consiste en un aislamiento social agudo donde chicos entre 6 y 10 años son quienes más lo están experimentando, y prefieren estar en su casa con la tecnología, misma que los hace sentirse cómodos y seguros, a salir a la calle y socializar".
Al igual pasa con los adultos que han desarrollado el síndrome de La Cabaña, el cual conlleva una serie de síntomas compatibles con los que se encuentran en cualquier fobia o trastorno de ansiedad comúnmente conocidos por la mayoría de las personas, donde el sufrimiento, la ausencia de elaboración de un duelo personalizado y la pesada mochila emocional han causado estragos, siendo un potente caldo de cultivo para desarrollar sintomatología depresiva en todas sus áreas.
La doctora recomienda en ambos casos acudir con un especialista, tomar talleres para poder controlar las emociones y tratar de estar relajados. Hoy en día Estela Durán imparte seminarios, conferencias y atiende a través de sus redes sociales oficiales a pacientes que han experimentado las secuelas post Covid-19.
Finalmente la doctora pide a los padres de familia no bajar la guardia en temas emocionales, acudir con verdaderos especialistas para que los miembros de la familia puedan ser tratados y en la medida de lo posible dar paz, tranquilidad y seguridad, para poder contener las emociones tanto de los adolescentes como la de los propios padres.