Una alimentación correcta debe cumplir con las necesidades de cada persona en cualquier etapa de la vida, incluso como padres o cuidadores infantiles es vital equilibrar la ingesta de alimentos que proporcionen al niño un desarrollo sano, esto también implica lo que la mamá se lleva a la boca durante el periodo de lactancia.
Durante la lactancia la madre requiere una mayor cantidad de energía y nutrientes para poder producir una leche de excelente calidad y el bebé se alimente adecuadamente, su ingesta debe incluir calcio, fósforo, hierro y otras vitaminas que a través de los alimentos irán fortaleciendo el tejido graso que se requiere a la hora de amamantar. Incluso desde el último trimestre del embarazo hay que irse preparando con reservas de energía para la hora del nacimiento.
Según la Secretaría de Salud el desarrollo de la leche materna se realiza en tres etapas.
- Los primeros días se produce calostro, el cual contiene un alto contenido de precursores de vitaminas y minerales, que fortalecen el sistema inmunológico del bebé.
- Leche de transición, reduce la cantidad de proteína y aumenta la cantidad de energía, grasa (lípidos) e hidratos de carbono (lactosa o azúcar de la leche).
- Leche madura aporta proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, nutrimentos inorgánicos (minerales como calcio, hierro y fósforo) y agua necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé.
Cada etapa requerirá nutrientes diferentes por lo que la alimentación de la mamá tiene que estar acorde a sus etapas de producción de leche materna.
Para tener una alimentación correcta es importante saber las condiciones nutricionales de la madre, por lo que es de suma importancia acudir con el nutriólogo que será el encargado de realizar la dieta adecuada según las necesidades de cada paciente.
Algunas de las recomendaciones que brinda el sector salud para las madres sanas en su etapa de alimentación materna son:
Tomar de 2 a 2.5 litros de agua al día.
Aumentar de 60 a 90 gramos la ingesta de alimentos que contienen proteína tales como pollo, pescado, atún, huevo, queso (de preferencia panela) o carne; es decir el equivalente a un huevo, dos claras, 1/2 lata de atún en agua, 2 rebanadas de queso o 2 vasos de leche semi descremada o yogurt natural aproximadamente, a lo largo del día.
Aumentar el consumo de verduras y frutas ya que son una buena fuente de vitaminas, nutrimentos inorgánicos y fibra por ejemplo:
Verduras y frutas de color rojo
Contienen licopeno y ayudan a mejorar la circulación sanguínea.
Verduras y frutas de color naranja
Contienen beta-caroteno que ayuda al sistema inmunológico.
Verduras y frutas de color verde
Contiene polifenoles que ayudan a oxigenar la sangre.
Verduras y Frutas de color morado, azul y negro
contiene antocianinas con propiedades antioxidantes
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Verduras y frutas color blanco
- Incluir alimentos ricos en calcio como:
- Yogurt, queso cottage, charales, leche, nopales, sardinas y diferentes tipos de quesos.
- Alimentos ricos en hierro tales como:
- Hígado de pollo y res, lenteja, yema de huevo, atún, garbanzo, tuna, cereales, verdolagas, espinacas, tuna roja y más.
- Preferir cereales sin grasa como el elote, tortillas de maíz o nopal, avena, pan integral o arroz.
- Comer verduras y frutas de preferencia crudas y con cáscara.
- Eliminar la grasa de las carnes y la piel del pollo.
- Preferir leche semi descremada y yogurt natural sin azúcar.
- Realizar tres comidas principales y dos colaciones al día.
- Preparar y comer los alimentos elaborados en casa y de manera natural.