La onicofagia es un trastorno emocional y conductual, que de no atenderse con especialistas, puede llegar hasta dejar la piel al descubierto y causar un daño estructural permanente.
Este padecimiento se caracteriza por el hábito de comerse las uñas, generalmente de los dedos de las manos y se presenta en menores de 7 a 10 años de edad, así como en adolescentes y va disminuyendo conforme se vuelven adultos.
Expertos señalan que las personas cuyos padres padecen algún trastorno mental, tienen problemas económicos, de pareja o laborales, son más propensas a padecer este hábito; ya que les provoca ansiedad.
Es importante mencionar que comerse las uñas puede provocar infecciones en los dedos como inflamación aguda y flemosa en las partes blandas de los dedos, así como en el aparato digestivo ya que facilita el transporte de los gérmenes de la boca a las manos y viceversa.
Con el paso del tiempo genera una mala imagen, lo que puede afectar las relaciones sociales de la persona, deja de crecer la uña, los dedos se ensanchan y se deforman, lo que a su vez puede crear un sentimientos de culpa y de vergüenza, sobre todo en los menores.