Los niños que consumen regularmente pescado obtienen puntajes más altos en las pruebas de coeficiente intelectual y tienen mayor calidad del sueño.
De acuerdo a un estudio de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pensilvania, los infantes que ingieren este alimento una vez por semana obtienen una puntuación de hasta 4.8 puntos en los test IQ.
En un experimento, se les pidió a 500 niños que contestaran un cuestionario en el que se les preguntaba acerca de la cantidad de pescado que habían consumido en el último mes, mientras tanto los padres contestaban preguntas acerca de la calidad del sueño de sus hijos.
Esto se llevó a cabo durante un periodo de tres años cuando los niños tenían de nueve a 11 años; posteriormente, un año después, los niños completaron un examen de IQ a la edad de 12 años.
Durante los últimos años, ha habido una variedad de informes que han relacionado a los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en varios, pero no todos los pescados, con la inteligencia.
En 2016, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) concluyó que una mujer embarazada que consume peces grasos, como el atún, puede significativamente aumentar el IQ de su bebé.
El atún contiene niveles muy altos de omega-3 y debido a esto, y a su popularidad, es un excelente alimento en la dieta de los niños.
Un dietista registrado de la Escuela Miller de Medicina de la Universidad de Miami, refiriéndose a este estudio, señaló: “Probablemente están dirigiendo la atención a los ácidos grasos omega-3. Hay peces que poseen mayores cantidades de este, entre los cuales, hay un pescado que prefieren los niños: el atún”.
Los ácidos grasos omega-3 se concentran en el cerebro y juegan un papel importante en la función neurológica del mismo.
Los investigadores concluyeron que el pescado debe ser incluido de manera constante a la dieta de los niños. ya que esto hace que su sabor sea más apetecible.