Las autoridades estadounidenses anunciaron el miércoles la detención del propietario de la plataforma de criptomonedas Bitzlato, con sede en Hong Kong, acusado de blanquear 700 millones de dólares procedentes de actividades delictivas.
Anatoli Legkodimov, ciudadano ruso de 40 años residente en China, fue detenido el martes por la noche en Miami (Florida, sureste) en el marco de una operación internacional.
Comparecerá ante un juez federal a última hora de este miércoles para enfrentar cargos de "actividad de envío de dinero no autorizada".
"Hoy, el Departamento de Justicia asesta un golpe significativo al ecosistema del criptocrimen" y "responde a la crisis de confianza en los mercados de criptomonedas", dijo la subsecretaria Lisa Monaco en rueda de prensa.
"Ya sea que se esté infringiendo la ley en China o Europa, u operando en nuestro sistema financiero desde una isla en los trópicos, se puede esperar tener que responder por sus actos ante un tribunal estadounidense", agregó, en referencia al arresto en Bahamas del antiguo jefe de la plataforma de intercambio FTX, Sam Bankman-Fried.
En este nuevo caso, la justicia estadounidense acusa a Legkodimov por haber adoptado una política de "identificación mínima" para sus clientes, alardeando de no pedir "ni selfie ni pasaporte".
Como resultado, Bitzlato se convirtió en "un paraíso para los fondos criminales", según el Departamento de Justicia.
La empresa está acusada de haber realizado la mayoría de sus transacciones con Hydra Market, la principal plataforma de ventas de la "internet oscura" global, hasta su desmantelamiento en abril durante una operación conjunta de autoridades alemanas y estadounidenses.
Operando en idioma ruso desde 2015, Hydra Market vendió drogas y documentos falsos enmascarando las identidades de los involucrados mediante el cifrado digital.
Según el Departamento de Justicia, los usuarios de Hydra llevan intercambiados más de 700 millones de dólares en criptomonedas a través de Bitzlato.
De acuerdo con la denuncia, Legkodimov sabía que sus clientes se escondían bajo identidades falsas para realizar actividades ilegales. En un mensaje interno, admitió que eran "ladrones".