México debe redoblar esfuerzos en materia de inversión eninfraestructura en materia de comunicaciones, energía,hidráulico, salud, desarrollo urbano, vivienda y turismo, pues enconjunto se destina el 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto(PIB), el nivel más bajo entre 16 países de Latinoamérica y elCaribe, advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas(IMEF).
En este sentido, la presidenta del instituto, Adriana BerrocalGonzález, propuso un paquete de acciones para revertir este rezagoantes de que finalice el sexenio del presidente Enrique PeñaNieto.
“Es prioritario sentar las bases del sector para las próximasdos décadas y por ello, se necesita una visión transexenal quegarantice una adecuada planeación de la infraestructura y hacer dela misma un importante motor de crecimiento económico, pieza clavede la competitividad nacional y del bienestar de la sociedad”,comentó.
Por medio de un reporte, la representante del IMEF refirió que,de acuerdo al estudio “Financiamiento de la infraestructura enAmérica Latina y el Caribe: ¿cómo, cuánto y quién?”, delBanco Interamericano de Desarrollo, México destina una inversiónmuy baja respecto a la mayoría de los países de la región: 1.5por ciento del PIB,
“Esta cifra representa el nivel más bajo entre 16 países deLatinoamérica y el Caribe, cuyo promedio es 2.8 por ciento y noscoloca por debajo de Argentina, Brasil, Chile y Perú, cuyospromedios anuales de inversión en infraestructura oscilan entre1.8 y 4.0 por ciento del PIB”, destacó.
Por lo anterior. Adriana Berrocal considera oportuno destacarque se han identificado como problemas permanentes del sector, comola falta de planeación y de los denominados “proyectosejecutivos”.
“Hoy en día muchos proyectos de infraestructura no estánenmarcados en una planeación de largo plazo y los proyectosejecutivos, que representan aproximadamente el 4 por ciento de lainversión total, disminuyen sus posibilidades de éxito al nopresentarse de manera completa para garantizar la correctaejecución de las acciones, partidas y conceptos presupuestados”,comentó.
De esta manera, dijo que una vez reconocidos estos problemas, esimportante plantear qué puede hacerse en el último año de laactual administración federal, considerando el contexto al día dehoy de falta de recursos públicos, débil crecimiento interno yuna incierta situación económica, comercial y política conEstados Unidos.
En este sentido, propuso vincular de manera efectiva laplaneación de la infraestructura en México con la políticaeconómica del país y con base en ello, seleccionar aquellosproyectos urgentes y necesarios, plasmados en el Programa Nacionalde Infraestructura 2014-2018 (PNI), hoy vigente.
Asimismo, se pronunció a favor de constituir un órganointerinstitucional para realizar la planeación de lainfraestructura con una visión de por lo menos 20 años, así comodefinir los proyectos no incluidos en el PNI y que son necesariospara impulsar el crecimiento económico de nuestro país.
En esa línea, consideró oportuno fortalecer la red detransporte (terrestre, marítima y aérea) para estimular laactividad económica en el mercado interno y la competitividad denuestros productos en el extranjero.
“La infraestructura es sinónimo de competitividad,desarrollo, impulso económico e integración, por ello, Méxicotiene como desafío incrementar y hacer más eficiente lainversión pública y privada en materia de infraestructura, enaras de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y defortalecer la equidad e inclusión social”, comentó.