A menudo nos concentramos en los síntomas de un problema y aplicamos aparentes soluciones que resuelven parcialmente la situación sin llegar a eliminar el problema real. Estas soluciones basadas únicamente en los efectos pueden generar costos adicionales, pues no abordan la causa raíz. Como resultado, las organizaciones se ven obligadas a invertir una vez más en nuevas soluciones, repitiendo el ciclo.

Por esta razón, es crucial contar con metodologías que aborden los problemas de manera integral. Una valiosa herramienta que aprenden nuestros ingenieros industriales es Design Thinking, un enfoque innovador que permite resolver problemas de manera efectiva y centrada en el usuario.

La metodología consta de 5 fases. La primera es la empatía, es entender las necesidades del usuario, cuál es su contexto, sus deseos y sus necesidades reales. Este enfoque humano es fundamental para no perder de vista el propósito de la solución. La siguiente fase es la definición del problema, aquí se tiene que hacer una investigación profunda de la problemática para encontrar la causa raíz del problema, podemos usar herramientas de análisis estadístico y de otras metodologías para definir correctamente la causa raíz del problema. La siguiente etapa es la ideación, usar herramientas de creatividad e innovación analizando la solución en tres factores importantes: que la solución sea factible, deseable por el usuario y rentable. Posteriormente prototipar a través de representaciones visuales o modelos a escala. Posteriormente la fase de prueba validar la propuesta de solución y realizar ajustes antes de la implementación.

En el contexto actual, es vital incorporar la tecnología que agilice y optimice los procesos. Sin embargo, no debemos perder de vista que, en el centro de todo diseño, debe estar siempre la persona. La integridad y el bienestar humano son elementos clave para que cualquier solución sea realmente exitosa.

*Directora de Ingeniería Industrial y de Sistemas del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.