El movimiento de conspiración QAnon, ahora prohibido en las principales plataformas digitales, nació en 2017 en Estados Unidos entre los partidarios de Donald Trump, que denuncian la existencia de una presunta "élite" compuesta por pedófilos adoradores de Satán.
Algunos de sus seguidores estuvieron presentes en la invasión del Capitolio el 6 de enero.
¿Qué es QAnon?
En 2016, el caso Pizzagate, un rumor según el cual una pizzería de Washington estaba siendo utilizada como escondite de una élite demócrata pedófila, tuvo una gran repercusión en los círculos de conspiración y contribuyó al nacimiento de la "teoría" QAnon el año siguiente.
Lleva el nombre de un misterioso funcionario que se hace llamar Q, que lucharía por derribar un "Estado profundo", una organización de altos funcionarios del gobierno involucrados en redes de pedófilos que buscan establecer un "nuevo orden mundial". Y sólo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sería capaz de frustrar este plan.
En las redes sociales, QAnon "es una esponja para las teorías de conspiración. Todo es aceptable, desde las mitologías antisemitas, la 5G, las mascarillas, la ciencia ficción...", y las diferentes teorías se alimentan mutuamente, según Tristan Mendès France, que enseña culturas digitales en la Universidad de París.
QAnon es considerado desde 2019 como una potencial amenaza terrorista en Estados Unidos.
¿Cómo ha evolucionado desde su aparición?
Con la crisis sanitaria de covid-19 y los temores que generó, la teoría estadounidense se está afianzando en Europa, tanto en internet como durante las manifestaciones contra las medidas sanitarias en Alemania, Londres y París, en las que se escucharon eslóganes de QAnon.
El período de incertidumbre, el clima de ansiedad y la caída de la confianza de las poblaciones en sus gobiernos e instituciones proporcionan un terreno fértil para estas teorías de conspiración, dicen los expertos.
A los investigadores también les preocupan los vínculos recurrentes con la extrema derecha.
Pero este movimiento es sobre todo estadounidense. Alcanzó su punto culminante el 6 de enero, durante la invasión del Capitolio. Alborotadores de QAnon, como Jake Angeli, que ya había sido visto en numerosas ocasiones durante las manifestaciones pro-Trump, se pavonearon dentro del Capitolio. Angeli, que se presenta como un "soldado digital de QAnon", ha sido arrestado.
¿Quiénes lo apoyan?
Donald Trump siempre se ha negado a condenar explícitamente el movimiento conspirativo.
Una de sus activistas, Marjorie Taylor Greene, una clara partidaria de QAnon, ganó un escaño en el Congreso de Estados Unidos el 3 de noviembre de 2020.
"+Q+ es un patriota", estimó en 2017.
Lauren Boebert, una candidata de Colorado que participó en varios programas en línea pro-QAnon, también fue elegida para la Cámara de Representantes. Sin embargo, dijo que se había distanciado del movimiento.
Unos 20 candidatos más cercanos al movimiento se presentaron a las elecciones del 3 de noviembre para el Congreso, como Mike Cargile en California, o Antoine Tucker en Nueva York. Pero sólo Taylor Greene y Boebert fueron elegidos.
En Europa, algunas personalidades han popularizado las tesis QAnon, como el cantante alemán Xavier Naidoo, o Attila Hildmann, un chef vegano que participó en las manifestaciones contra las mascarillas en Berlín a principios de septiembre.
¿Qué futuro?
Facebook afirma que ha tomado medidas enérgicas contra los movimientos conspirativos QAnon, eliminando cuentas e invirtiendo en un programa de verificación de información.
Twitter anunció el lunes que había "suspendido permanentemente" 70.000 cuentas afiliadas al movimiento para evitar que usaran la red social con fines violentos. El anuncio se produjo después de que la cuenta del presidente saliente fuera suspendida permanentemente por cargos de incitación a la violencia al haber pedido a sus partidarios que marcharan al Capitolio.
Tristan Mendès France explica que, privados de Facebook y Twitter, los partidarios de QAnon se están precipitando hacia redes alternativas como Parler, Gab o Telegram. "El problema es que el cambio a estas plataformas radicales expone a los miembros 'más blandos' del movimiento a una mayor radicalización", explica.