Aleks Syntek aclara que cumple 30 años en la música, pero muchos más en el medio artístico, pues desde los seis comenzó a realizar comerciales; en uno incluso hizo de nieto de la abuelita más famosa del mundo del chocolate, encarnado por la inolvidable actriz Sara García; después saltó a la fama con Chiquilladas cuyo personaje aún es recordado con cariño por sus seguidores.
El músico y productor mexicano de ahora 53 años aprovecha el anuncio de su próximo concierto en Querétaro para hablar de sus inicios en la música; dice ante la prensa local que no fue fácil abrirse paso, mucho tiempo lo apodaron “el sin teclados”– apelativo que con tiempo mutaría a “Syntek”–, porque tenía que pedir prestado este instrumento, su familia no podía comprarle uno.
Incluso se empleó en una tienda de música donde nunca recibió un sueldo, su pago era la posibilidad de poder utilizar todos los teclados electrónicos que le mostraba a los clientes potenciales. Podía usarlos y componer canciones con ellos.
A mediados de los 80 consiguió trabajo en un estudio como asistente y técnico de grabación, y al poco tiempo comenzó sus propias producciones musicales en forma de jingles comerciales. Se integró en el grupo de rock Kenny y los Eléctricos, y después creó su propia banda Aleks Syntek y la Gente normal.
Pero fue hasta 1999 cuando todo dio un nuevo giro, fue invitado a musicalizar la película Sexo, pudor y lágrimas, cuyo tema homónimo lo hizo acreedor a un Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Hay mucho que celebrar, dice Aleks Syntek, porque no solo sus inicios fueron complicados, en los últimos años ha tenido que sortear una ola de críticas ante la postura que ha tomado frente a géneros musicales como el reguetón y la música urbana.
“Mentira que ando atacando y haciendo campaña contra géneros musicales, eso no es cierto; me expreso como papá siempre y ante contenidos peligrosos que hay hoy en día, es por lo único que pugno.
“Lo que yo hago es pelear por la diversidad (…) [de hecho] quiero crear una fundación a futuro, porque no es tan fácil, para darle apoyo a los artistas emergentes que están haciendo tipos diversos de música (…) Que tengan asesoría, un suporte, porque muchos están abandonados, acaban vendiendo tacos verdaderos genios de la música, del bolero, del jazz, del pop, del rock”, lamenta el artista.
Su gira de aniversario llegará a Querétaro el 4 de noviembre, tendrá como sede el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, donde tratará de sintetizar 30 años de música para no dejar a nadie con las ganas de escuchar uno de sus tantos éxitos.
“Trato de que el público salga muy satisfecho”, asevera el compositor de Duele el amor, Intocable y Por volverte a ver, y para lograrlo adelanta que ha creado una serie de popurrís.
“Hago popurrís porque tengo más de 35 de canciones famosas que han sonado en la radio, la gente no se imagina que son tantas”, asiente.
Los popurrís abarcarán su época noventera con la Gente Normal hasta llegar a su etapa como solista, que empezó justo con el lanzamiento de Sexo, pudor o lágrimas.
Agrega que en el escenario estará acompañado por una banda de mujeres, asegura que es su forma de contraatacar la misoginia que existe en la industria musical.
“Es mi manera de contraatacar la misoginia de esta época; en lugar de usar a las mujeres para que hagan bailes exóticos y muestren sus cuerpos, tengo mujeres muy talentosas e inteligentes tocando conmigo, luciendo sus cualidades, su inteligencia, su talento, y además, están guapísimas, se van a ir babeando todos los chavos y todos los caballeros que vayan al concierto”.
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Finalmente, el productor compartió que su próximo proyecto consistirá en un disco con sus canciones grabadas a dueto, la lista contempla la participación de Pepe Aguilar, Molotov, Mijares, Panteón Rococó, Aterciopelados y Los Amigos Invisibles. Por lo pronto la rola Unos quieren subir, con Alex Lora, ya se puede escuchar en plataformas en una versión roquera al estilo The Rolling Stones.
Los boletos para su concierto en Querétaro ya están a la venta a través de la plataforma de Superboletos, con precios que varían entre los 500 y los mil 400 pesos.