Actualmente Luis Roberto Guzmán interpreta al personaje de René Fajardo en la telenovela “La mexicana y el güero”, y de acuerdo con el actor, el mayor reto ha sido que su propia personalidad no influya.
“[Busco] que no se anteponga el yo personal, o sea pensar que es un hombre machista, enfermo de celos, alguien que de alguna manera añora tener una familia, yo no, porque yo considero que somos muchos en este planeta y somos la mayor plaga, entonces hay que estar claro con lo que piensa el personaje para que lo que yo creo no se interponga”, dice.
Señala que en esta trama hay de por medio un chantaje que se convierte en un arma poderosa, sin embargo, aclara que apenas comienza a desarrollarse y pronto saldrá a flote lo que mueve a René.
“Amar a alguien te puede llegar a perder y convertirte en un ciego; tanto es el amor que le tienes a una persona que en esa medida se multiplica tu ceguera”, dice, pero también aclara que el ingrediente de maldad existe desde el momento en el que acepta involucrarse como parte de la familia falsa.
Además de la intriga y la comedia que llega a la pantalla, Luis Roberto comparte que detrás de cámaras también suelen ocurrir incidentes, ya que graban siguiendo todos los protocolos que son la sana distancia, así como el uso de cubrebocas y careta.
“De repente dicen 'tres, dos, ¡acción!', y a alguien se le olvidó quitarse el shield; es algo que estamos conscientes de que traemos todo el tiempo”, detalla.
Al respecto aclara que entre el equipo se ha creado una gran hermandad, en gran parte gracias a que se unen en este trabajo, en medio de la pandemia.
“De alguna manera todos estamos conscientes de que tenemos una misión y que estamos contando una historia en este contexto, todos –de alguna manera– estamos arriesgándonos a salir a trabajar con la misión de llevar un momento de distracción a los hogares que en mayor o menor medida, están viviendo una situación compleja, entonces todo el equipo de trabajo tenemos un mismo objetivo y estamos comprometidos con lo que hacemos; estamos de la mano”, comparte.
Asimismo comparte que durante la cuarentena y el tiempo que estuvo encerrado aprovechó para prepararse pues además de esta telenovela, venía de la grabación de una serie para Netflix que hasta el momento ha avanzado cerca de un 75%. “Llegó la pandemia y ahora retomaremos. Estuve preparándome y es muy chistoso porque al no tener una distracción externa y sin poder ver a la gente que quieres o los amigos, cambié la alimentación, igualmente el ejercicio y ayer que me midieron el vestuario, baje una talla y media básicamente, así es la cuarentena”.
Por ello, Luis Roberto se dice afortunado, ya que apenas reinician actividades y él ya es parte de dos proyectos.
En evolución
Además de cuidar su estilo de vida para mantenerse en forma, el actor asegura que se prepara constantemente para seguir creciendo y forjando su carrera, pues no basta con ser elegido por su apariencia física, aunque aclara que “una cosa no está peleada con la otra".
“El compromiso que tienes con tu profesión va de la mano con el estudio del mismo, también hay que entender que hay mucha improvisación dentro de esta profesión, pero se trata de una carrera universitaria y para sostenerla por años o quizá toda la vida, es indispensable el estudio o el constante entendimiento de tu aprendizaje y tus debilidades (…) En mi caso trato de que por lo menos cada año y medio, hacer laboratorios de interpretación para seguir trabajando con el artista, con el creativo”.
Igualmente se refiere a la fascinación que siente al recibir cada reto y enfrentarse con un nuevo personaje, aceptando que siempre debe empezar de cero; “el punto de partida es darte cuenta de que no sabes nada y debes sumergirte en un universo completamente ajeno y eso es lo interesante, empezar a desarrollar y que la imaginación vuele”.
Finalmente comparte que pese a que durante la cuarentena no pudo hacer trekking por diversos destinos del mundo, que es una de sus grandes pasiones, el único pendiente que tiene hasta el momento es poder viajar para visitar a su mamá en Puerto Rico, a quien no ha podido ver.