NUEVA YORK (AP) — La mayoría de los estadounidenses odiaríanvivir en un mundo sin Hugh Hefner. Ese es el mensaje de "AmericanPlayboy: The Hugh Hefner Story", que se estrena el viernes enAmazon Prime.
No es de sorprender que esta serie documental trata a suprotagonista, el fundador de la revista e imperio Playboy, con uncuidado amoroso. Coproducida por Playboy Enterprises, sus 10episodios se despliegan como una hagiografía de Hefner, quien, enuna era oscura de represión sexual, les sirvió un festín dehedonismo a incontables hombres de sangre caliente.
Hefner, quien cumple 91 años el domingo, no se puso ante lascámaras para la serie, pero sí aparece y se le escucha bastante.No solo se incluye un vasto material de archivo de Playboy, sinoque la saga es narrada principalmente a través de dramatizaciones,con el joven actor Matt Whelan como Hefner y haciendo su voz parala narración.
"Mi revista no se trataba solo de mujeres desnudas", dice Hefner(Whelan) al principio de la serie. "Se trataba de derrumbarbarreras, de iniciar una conversación cultural sobre sexualidad ydefender la justicia social".
Misión cumplida. Así como "American Playboy" quiererecordárselo al público, Hefner contrarrestó los tensos años 50con una revista que proclamaba que el sexo era divertido, queestaba bien que a los hombres les guste ver fotos de mujeresdesnudas, y que la masculinidad no correspondía directamente conla caza y la pesca (temas que destacaban las revistas para hombresde entonces).
Con su nueva revista, Hefner quiso abogar por un estilo de vidareconfortante para la criatura masculina, un menú completo de todolo que un hombre desearía, incluyendo como plato principal amujeres hermosas supuestamente sumisas.
Al crear Playboy con su propia visión — la visión de quienañoraba ser como un hombre y arquetipo masculino — Hefnerdirigió una embriagadora mezcla de rebelión, aspiración yplacer. Con su acertada fórmula, un préstamo de unos pocos milesde dólares y, como su primer encarte de Playboy, una foto decalendario de Marilyn Monroe desnuda antes de que fuera famosa,Hefner lanzó Playboy en 1953.
Fue un éxito, y también lo fue él, "el tipo que lo tienetodo: una mansión de lujo, fiestas legendarias, y, por supuesto,las mujeres", dice Hefner (Whelan) al comenzar a contar cómoredefinió la masculinidad.
A juzgar por los tres episodios presentados de manerapreliminar, "American Playboy" retoca la imagen de Hefner tantocomo Playboy retoca las fotos de sus páginas desplegables. Peroesto no atenúa el papel de Hefner como un revolucionario."American Playboy" muestra cómo su revista y su ejemplo llevaron auna nueva era de la Ilustración — la idea de que la virilidadpuede abarcar derechos civiles y libertad de expresión, políticasprogresistas y pensamientos profundos, así como autos deportivos,el whisky escocés correcto y el bello arte de la seducción.Hefner encabezó una revolución con su pipa, sus Pepsis y suemblemática cama giratoria.
Pero luego de un par de décadas, la revolución de Hefnercomenzó a renquear. Víctima de su propio éxito, Playboy no lespareció tan innovadora a los jóvenes de finales de los 60 quedeclararon el amor libre y la libertad de hacer lo que se plazcacomo un derecho natural.
También reclamaban los derechos de la mujer. El ascenso delfeminismo expuso a Playboy, a pesar de todos sus progresos, comovergonzosamente retrógrada en su defensa de los privilegiosmasculinos. Playboy siempre había celebrado a las mujeres, pero supropósito designado se mantenía atascado en el pasado: satisfacera los hombres.
Solo miren los Playboy Clubs, que florecieron de costa a costaen la década de 1960, en particular por su personal de servicio:las conejitas de Playboy en corpiños, con todo y orejas y colas dealgodón. El verdadero reto para Playboy no fueron estos pequeñosatuendos, sino cómo conciliar el estilo de Playboy con la nuevalocura de sentadas y marchas por la paz.
La conejita consagrada para diciembre de 1969 pareció unintento desesperado por cambiar su imagen y reafirmar surelevancia. Para ello, la atractiva estudiante de cienciaspolíticas de la Universidad de Northwestern declaró en sucuestionario "mis amigos saben que soy joven, sexy, algointelectual, que odio las fiestas, amo a los maestros, disfruto eldinero, la ropa, los autos". Pero también dejó en claro que leencantaban las "manifestaciones, disturbios y cualquier cosa por larevolución".
La revolución de Playboy pudo haber muerto con esepronunciamiento. Aun así, Playboy continúa hasta el día de hoy.Pero mientras que una vez desafió la idea puritana que mantuvo elsexo bajo las sábanas y condenó la desnudez como pornografía,ahora lucha contra un estado de sobresaturación donde la desnudez(y casi todo lo demás) se encuentra desbocada y libre de cargo encualquier pantalla.
Con razón queda tan poco del imperio Playboy, al menos encomparación con lo que llegó a ser alguna vez. Como lo muestra"American Playboy", Hefner ayudó a llevar al mundo a nuevosniveles de tolerancia, un mundo que hace mucho lo dejó a élatrás.