Se ha dicho que el largometraje animado, “Ana y Bruno”, dirigido por Carlos Carrera, tardó 11 años en concretarse, pero el propio realizador mexicano matizó este dicho durante la charla que tuvo en la Conque 2018.
Carrera detalló que, en efecto, han pasado 11 años desde que tuvo la idea y el guion, pero fue en 2010 que comenzó la producción en sí, la cual, tuvo que parar en 2012 y quedó así por dos años, para luego retomar el proyecto que se cristalizó en 2016.
“Originalmente iba a ser una coproducción con México y una compañía, si no mal recuerdo, de Corea, pero fallece un miembro de la compañía y sus hijos decidieron parar la producción”, compartió.
Ante este freno, el director dijo que la película se tuvo que replantear y en consecuencia gran parte de la producción se hizo en México.
“Entró al rescate Ánima Estudios, se maquiló una parte en la India y se consiguió en gran medida que avanzara con personal mexicano”, destacó.
El director de filmes como “El Crimen del Padre Amaro” y “Backyard: El traspatio” dio otros detalles de “Ana y Bruno”, como el hecho de que esta película arrancó prejuicios al cineasta respecto a la animación 3D, la cual considera que le quita la parte humana al trabajo.
“El 3D ha permitido que haya una calidad más homogénea en la animación, pero falta el error humano, falta la mano, la mancha, el accidente”, apunta.
Sin embargo, encontró que la animación por computadora tiene otros retos. Los costos de producción y el “look” frecuentemente están peleados en este género cinematográfico.
En este sentido, tuvo que cambiar, por ejemplo, a la protagonista, quien originalmente tendría dos trenzas, se quedó con una, “para eficientar la animación”, explicó.
Durante la charla, además de proyectar el tráiler oficial de la cinta que se estrena el 31 de agosto en cines comerciales, presentó parte del story board, el arte conceptual y las hojas de expresión y movimiento de los personajes y escenarios que aparecen en la cinta.
El cineasta reveló entonces que el “look” original de la película tendría una textura “acuarelosa”, lo cual cambió por el reto presupuestal que representaría; sin embargo aseguró que ningún cambio que tuvo que hacer fue doloroso, aprendió a adaptarse a las condiciones que tenía y tuvo paciencia para concretarla.
Otro de los secretos revelados tienen que ver con el elenco. Es conocido que actores de la talla de Damián Alcázar, Silverio Palacios, Regina Orozco y Héctor Bonilla prestaron su voz para el filme, pero no se conoce la manera en que se desarrolló su participación.
La particularidad se advierte con la participación de dos niños en el elenco, quienes, al no saber leer se aprendieron los diálogos mediante repetición y se les dio libertad para improvisar. En un video compartido en la charla se pudo observar como la niña “actuaba” de forma natural.
“Muchos de los diálogos son espontáneos, se les planteaban la escena y ella respondía con su lógica de niña”, apuntó el director.
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