“El lugar que menos queríamos cancelar fue este porque nos unen muchos lazos de amistad, tenemos con Querétaro una relación muy singular. Maldita gripa que me impidió el concierto, benditos ustedes que vinieron", fueron las palabras de con las Joaquín Sabina inició su concierto en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez como parte de su gira “Lo niego todo”.
Habían pasado más de 500 noches desde que Joaquín Sabina se presentó en Querétaro por última vez; tras posponer su concierto en este 2018, el cantautor le cumplió a los 3 mil 500 queretanos que asistieron al auditorio.
“Cuando era más joven”, fue el tema con en el que Joaquín Sabina inició cerca de las 21:00 horas su concierto en Querétaro; el Josefa lucía al 80 por ciento de su capacidad y la gente aún entraba.
“Lo niego todo” y “Sin pena y gloria” le siguieron, Sabina hizo un recorrido musical por aquellos temas entrañables y también por los que componen su más reciente álbum. Le dio juego a su música, pero igualmente cedió el escenario a aquellos que lo han acompañado a lo largo de tantos años: sus músicos.
La política también tuvo un lugar en esta bohemia velada, "estén seguros que si ese Pato Donald (aludiendo al presidente Trump) construye el muro, nos quedaremos de este lado", dijo antes de interpretar "No tan de prisa”. Continuó con “Donde habita el olvido”, “Princesa” y “Sin embargo”.
Con una guitarra en mano y su sombrero negro, iba y venía del escenario, de momentos rockero, otros más bohemio, ofreció una montaña rusa de emociones a través de sus composiciones. No negó su amor por México en “Por el boulevard de los sueños rotos” y hasta interpretar “Y nos dieron las diez”.
Cerca de las 23:00 se despidió. Las luces se apagaron y el público pidió más, regresó para interpretar “Tan joven y tan viejo”, “Contigo” y “Pastillas para no soñar”, así cerrar una de las últimas fechas de esta gira que inició y cerrará en México.