A pesar de los estigmas, el reggaetón es el fenómeno de expresión cultural más popular en el mundo que ha dado paso a la visibilidad del feminismo, la sexualidad alternativa y al derecho a decidir sobre los cuerpos.
Desde hace dos décadas que surgió este género musical como un fenómeno underground en los barrios bajos de Puerto Rico y Panamá, ha sido relacionado con contextos marginales de pobreza, delincuencia, migración y criminalización, así como denominada como música machista y misógina.
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Sin embargo, para las mujeres, el reggaetón se ha convertido en una forma de liberación de los cuerpos a partir de la danza, una manera de empoderamiento y resistencia a las imposiciones sociales de sometimiento.
Durante el ciclo de conversaciones en el Museo Universitario del Chopo, “Reggaetón: discursos y estéticas de la calle”, especialistas argumentaron que el machismo y la misoginia hacia la mujer no proviene del reggaetón sino de la historia, desde la familia, las instituciones, la iglesia, la escuela y las prácticas culturales y sociales que aportan a que perdure una construcción de dominio masculino sobre lo femenino.
Destacaron que hoy el reggaetón es una forma de subersión ante aquellas formas de control ya que es uno de los géneros musicales abiertos a promover el consenso al tocamiento de los cuerpos, hay consentimiento y diálogo con las mujeres para poder bailar.
Uno de los ejemplos es Yvi Queen, una de las primeras mujeres reguetoneras que surge en Puerto Rico y que en 2003 lanzó su canción “Yo quiero bailar”, en la que habla del derecho a decidir sobre su cuerpo y del libre consentimiento.
“Yo quiero bailar, tú quieres sudar, y pegarte a mí, el cuerpo rozar, yo te digo: sí, tú me puedes provocar, eso no quiere decir que pa' la cama voy”, uno de sus éxitos más populares que rompió esquemas cuando surgió el reggaetón.
A pesar de que este género musical ha retomado popularidad por su mezcla de sonidos con otros géneros musicales como el ballenato, corridos y banda, hasta música pop y electrónica, perdura el clasismo y discriminación hacia las personas que lo escuchan.
Explicaron que la crítica al reggaetón no sólo es por el sinónimo de delincuencia, sino por la cosificación de las mujeres, sin embargo es un discurso de las instituciones para reprimir y controlar su sexualidad como se ha hecho históricamente.
La sensualidad del reggaetón es una amenaza para al estatus quo social en el que la manifestación del deseo es atributo exclusivo de los hombres y en el que la autonomía de las mujeres es una afrenta de clase y raza.
Recordaron que en otros géneros musicales como el rock, danzón, tango, salsa y hip hop, también existe un contexto sexual y de dominación hacia las mujeres que ha sido poco señalado por la sociedad debido a que nos son considerados como géneros de masas marginales.
"Yo perreo sola"
En la actualidad el reggaetón le ha dado un giro a la historia musical que permite a las mujeres apropiarse de su cuerpo a través del perreo, de no controlar sus deseos y abrirse al placer.
Hoy cantantes femeninas como La Rosalía, Tokischa, Karol G y la mexicana Bellakath se han apoderado de este género musical donde hablan de un reconocimiento afectivo, de sus derechos de decidir, escoger y perrear porque quieren, pueden y disfrutan de sus cuerpos.
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Si bien el reggaetón tiene una tradición machista, la masculinidad de los hombres reguetoneros también ha evolucionado en su forma de vestir y ha mejorado las letras de sus canciones que hoy reconocen la lucha feminista, la inclusión de la diversidad sexual y libre expresión y elección de género, como es el caso de Bad Bunny, J. Balvín y Rauw Alejandro, entre otros.
Aunque no todas las letras de Vico C, Daddy Yankee y Don Omar principales exponentes del reggaetón son misóginas, en el 2000 el reggetón era un género en donde los hombres se mostraban masculinos, heterosexuales y hasta violentos.