A diferencia de las ediciones anteriores, en esta entrega de la fiesta de la trova, la óptica femenina sonará a través de melodiosas voces, pero lejos de perseguir un número, el orquestador de este espacio, Édgar Oceransky, aclara que la intención es ofrecer pluralidad para el espectador.
“Me gusta más pensar en el arte y que cada quien tiene una propuesta distinta que deberíamos poder presentar (...) las invito no porque son mujeres sino porque son buenas; son grandes compositoras y tienen un punto de vista que es muy necesario que escuchemos del mundo”, dice y señala que por ejemplo, ellas tienen una visión distinta de acercarse al amor, de verlo, describirlo y vivirlo.
Mañana, en el día del cierre, será Haydée Milanés quien suba al escenario; “si bien ha cantado la música de su padre, también ha hecho mucho por rescatar la canción cubana”, señala.
En este mismo sentido aclara que otra de los voces presentes será la de la argentina Loli Molina que ostenta una estética más jazzística y quien lejos de considerarse como cantautora o dentro de un género, se describe a sí misma como “creadora de música de guitarra que se canta”.
Y respecto a su participación junto a sus compañeras, aclara que no considera que las mujeres puedan aportar algo que los hombres no y viceversa, sino que lo destacable es el talento que cada quien aporte; “cuando se levante la pregunta de por qué no hay mujeres en un festival, la respuesta no tiene que ver con que no hay mujeres talentosas”.
En su paso por el Trovafest, Loli compartirá temas de su más reciente producción titulada “Lo azul sobre mí”, un disco en el que se refiere a la disolución o bien el final y la muerte, conceptos que pueden ser vistos como un final o principio, en donde a cada tema le imprimió “poesía y belleza”.
Por otra parte, Ale Zéguer, quien también es compositora y su incursión en el mundo de la música de autor es reciente, aseguró que lo que aportará será nostalgia que nace de la depresión.
“Dicen que cada quien canta como le fue en la feria y a mí no me ha tocado muy buena suerte en cosas del amor; mis canciones son autobiográficas, y regularmente mi público son mujeres, entonces es un lenguaje totalmente femenino”, dice.
Asimismo aclara que paradójicamente cuando se sufre, lo que se busca son canciones de dolor, pero eso es precisamente porque ayudan a soltar y liberarse del sufrimiento.
En tanto, Bego Cors, que será la encargada de abrir hoy, se dice emocionada de encontrarse con otras mujeres, y sabe además que con su trabajo abre paso para que las nuevas generaciones sepan que sí se puede lograr. “La música es importante para nosotras y no se trata sólo de expresar tu amor o desamor o sentimiento hacia alguien, sino que es un buen camino para hablar y que seas escuchada”, puntualiza.
Finalmente, Adryanna Cauduro, que ve su nombre en el cartel oficial por segunda ocasión, se siente inspirada por compartir con niñas y adolescentes, quienes se puedan identificar con figuras femeninos como ella para explorar sus propios talentos.