Comenzando con un viaje sonoro desde los Balcanes, La Delicia de Alicia explica que “Shahalai” es una palabra en hindú que en español quiere decir “Paz”, y que ha sido retomada por la banda para nombrar al primer tema de su tercer disco.
Aunque la rola ya puede escucharse a través de las principales plataformas electrónicas, la agrupación queretana la tocará en vivo el día de hoy, en punto de las 15:00 horas, en el Teatro de la República; donde además pondrá en sus instrumentos algunas de las rolas de sus discografías pasadas –“52 Norte” (2013) y “Alicia Groove” (2016)–, que los colocaron en el radar de los melómanos locales.
De acuerdo con el guitarrista, Rafael Camacho, “Shahalai” no solo marca el regreso de la banda a los escenarios, también refuerza el concepto del proyecto y la madurez musical de la agrupación.
“Hemos pasado por muchos géneros, pero ahora también queremos tener un sonido propio y decidimos que la música balcánica es lo que más nos caracteriza como grupo, así que será la línea que dará rumbo a nuestro tercer álbum”, apuntó Camacho.
Aunque desde su creación en 2012, la banda ha encaminado sus sonidos hacia la música balcánica, pasando por el funk, el hip hop y el afrobeat, el músico asevera que el eje creativo de la banda es el jazz.
Y es que para Rafael, más que un género musical, el jazz es un movimiento contracultural que invita tanto a quien la interpreta como a quien la escucha, a transgredir todos los límites y fronteras estéticas existentes.
“Por mucho tiempo el jazz fue confinado a cierta zona en el mapa, pues surgió en Estados Unidos cuando existía mucha discriminación racial, entonces el Gobierno de aquél país tardó un rato en permitir que esa música saliera al mundo, porque ni siquiera dejaba que los mismos afroamericanos la tocaran, la consideraban incluso música del diablo, había muchos estigmas sobre el género. Pero una vez que salió, se abrió a todas partes. Desde entonces el jazz representa la libertad de hacer la música que uno quiere, lejos de los movimientos nacionalistas, o de las determinaciones estéticas que marcan cómo se debe de hacer música (…) Se trata de tomar lo que ya existe y de llevarlo todavía más allá”, afirmó.
Actualmente el ensamble se encuentra conformado por Camacho, Víctor Domínguez (bajista), Roberto de la Peña (saxofón), Guillermo Pascual (acordeón) y Moisés Ponce (batería y darbuka), quienes además de encaminarse hacia la cultura del Este de Europa, buscan generar interesantes hibridaciones con la música electrónica, “nuestra tirada no es ser grupo que se dedique a estudiar a fondo esta expresión, sino más bien, buscamos generar nuevos sonidos que dialoguen con la contemporaneidad”, apuntó.