Con guitarra al hombro, El David Aguilar llegó a la ciudad de Querétaro para formar parte del Festival Nacional de la Cultura y las Artes, que desde hace cuatro años es organizado en el país por el Tecnológico de Monterrey, con el objetivo de incentivar el desarrollo integral de sus estudiantes y abrir más espacios para las nuevas expresiones.
En esta edición, el cantautor sinaloense participó como juez en un concurso de composición, donde junto a otros especialistas de la canción, evaluó temas inéditos creados por alumnos de los 26 campus de esta universidad.
“Tomo en cuenta principalmente que el artista abra su propio universo. Cuando empiezo a detectar que lo que escucho se trata de decisiones muy genéricas empiezo a desencantarme”, dice el artista, quien el año pasado recibió cinco nominaciones como Mejor artista nuevo, Canción del año, Mejor álbum cantautor y Álbum del año en los premios Grammy Latino 2018.
A la pregunta ¿Qué autores consume otro autor? El David enuncia una kilométrica fila de exponentes nacionales como Ampersan, Anthony Escandón, Silvana Estrada, Laura Murcia, Mauricio Díaz “El hueso”, Leonel Soto, Espumas y Terciopelo, Natalia Lafourcade y Julieta Venegas, afirmando que la escena es muy vasta, pero que, aún con la existencia de estímulos como la beca “María Grever”, en la que cada año “seleccionan a 6, 7 o 10 de entre dos mil”, los cantautores tienen que apostarle a la autogestión y a la creación de redes para poder vivir de su arte.
“La autogestión es el superpoder de los artistas independientes -risas-. Cuando un autor no tiene el respaldo de un capital fuerte o de una empresa, ¿qué es lo que tiene que hacer para darse a conocer? Hacer redes y autogestionarse”, afirma Aguilar, quien junto al cantautor venezolano Ulises Hadjis, fundó Núcleo Distante; un colectivo para la generación de proyectos independientes en torno a la canción, como forma de arte en sí misma.
“Es el colectivo más importante, porque es el único que existe (en América Latina)- risas-. Ahora estamos escribiendo una serie de televisión y diseñando un festival distante. También tenemos un estudio donde producimos discos de colegas provenientes de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Colombia, Perú, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos y México”, puntualiza.
Música desde la raíz
“Odiaba la música de banda y lo norteño porque sonaba estrepitosamente todos los fines de semana en mi casa. Pero cuando me fui a la Ciudad de México y la dejé de escuchar, tuve como un efecto boomerang nostálgico que me mató”, dice Aguilar, para ahondar con detalle en el proceso creativo que dio origen, en 2010, a “Ventarrón”; un disco conceptual de música banda que inspiró en las raíces de este género y sus influencias culturales.
“Me parece que este tipo de música muestra muchas costuras culturales y te habla de lo que ha pasado en México: la intervención francesa, la revolución y la inmigración de europea del Este al país”, explica El David, quien a través de lo que llama “un capricho etnomusicológico”, realizó una investigación sobre el origen de la banda sinoalense, detectando a través de sus sonidos la presencia de diferentes regiones de Europa del Este, así como atisbos de algunas polcas y valses.
Finalmente, el sinoalense reconoce el papel que tienen los cantautores en la sociedad. Él mismo se asume como un difusor de la cultura, y confiesa su deseo de sacar un volumen 2 de Ventarrón. Tal vez “cada tres discos me dé la oportunidad de hacer un álbum más conceptual que tenga que ver con las raíces (…) que unifique la música mexicana en un solo rostro”.